Hosteleros cacereños negocian la reapertura del palacio de Vino, uno de los inmuebles de la parte antigua que lleva más de una década cerrado en la calle Ancha, a pocos metros del Parador de Turismo. El edificio, de dos plantas y con más de 600 metros cuadrados, llegó a ser ofrecido en el 2002 para ampliar las instalaciones del establecimiento hotelero, pero la operación no fructificó.

Propiedad de Alvaro Pellón López Montenegro, el palacio del Vino fue explotado como bar restaurante hasta su cierre. Su valor histórico radica en que fue la vivienda en el siglo XX de Adolfo López Montenegro, jefe de los monárquicos cacereños y sobrino de Gonzalo López Montenegro, alcalde en 1918.

Ahora, con la operación en marcha para volver a ponerlo en uso, el palacio de Vino recuperaría su antigua actividad, aunque con un planteamiento más moderno en el que también tendría cabida la cultura. Responsables de la operación han explicado que se trataría de un alquiler por un período que no pudieron precisar, ya que ésta ha sido el planteamiento desde que dejó de funcionar como restaurante.

Los hosteleros interesados por el palacio del Vino ya regentan otro establecimiento en la ciudad monumental. En concreto, la sala Aldana, con la que lograron hacerse mediante un traspaso y que adaptaron como espacio cultural donde han programado conciertos y otros actos.

DOBLE USO Mientras estuvo abierto, la primera planta del palacio del Vino fue utilizada como negocio hostelero y la segunda, con dos viviendas, se destinó a la propiedad. Además, se da la circunstancia de que el edificio cuenta con una entrada anexa por el callejón de Lola, que pertenece a los mismos dueños y que hubiera servido para comunicarlo con el parador cuando fue ofrecido para hotel.

A la idónea ubicación del inmueble, en una de las principales vías de entrada al casco antiguo, se unen otros atractivos como un patio por el que se podía acceder al antiguo restaurante. Por allí pasaron, por ejemplo, la infanta Elena y Jaime de Marichalar en una visita privada a la capital cacereña.