Nueva vuelta de tuerca ayer a la polémica suscitada en la plaza Mayor por la incorporación de relaciones públicas para atraer clientela en algunos establcimientos de hostelería después de que los hosteleros acusados de competencia desleal defendieran la aplicación de esta fórmula de negocio y confirmaran que no prescindirán de sus relaciones públicas.

El responsable de La Minerva, José Miguel Rubio, reiteró que "son nuestros propios camareros los que, en nuestra parcela de terraza, ofrecen a los clientes los productos que tenemos en la carta". Asimismo comentó que las quejas realizadas por su compañero de profesión, el propietario del restaurante El Pato, Emilio Rey, tienen una única razón. "Ha estado muchos años solo y ahora tiene competencia". Rubio explicó que ellos solo están desarrollando su modelo de negocio que consiste en "un buen trabajo con buenos precios. Somos gente joven que traemos nuevas propuestas y hemos conseguido que los cacereños vengan a la plaza", aclaró. En cuanto a la acusación, vertida por Rey de "competencia desleal", Rubio comentó que "el único que hace competencia desleal es él, porque se está dedicando a desacreditar a los compañeros".

David Román, encargado del Mesón Los Portales, entiende las quejas sobre la presencia de relaciones públicas en la plaza. "Me parece bien que Emilio se queje, está en todo su derecho", afirmó. Además, ratificó que algunos hosteleros de la zona "han puesto relaciones públicas cerca de otros restaurantes". Pero aclaró que sus camareros solo trabajan en su terraza. El dueño del bar Los Arcos, Juan Román, señaló por su parte, que sus trabajadores no salen de su terraza, pero dejó caer que La Minerva sí tenía relaciones públicas al igual que Farmacia de Guardia y Aquelarre (los tres negocios pertenecen a los mimos propietarios).

Ante la negación de los hosteleros de la existencia de relaciones públicas el propietario de El Pato, Emilio Rey, corroboró la presencia de relaciones públicas en algunas terrazas y aclaró que no pretendían cambiar el modelo de negocio de sus compañeros. "No estoy en contra de esta práctica, solo estoy en contra de los relaciones públicas que trabajan fuera de sus negocios y se meten en las terrazas ajenas para llevarse los clientes", explicó.

LA CALLADA POR RESPUESTA La guerra está abierta entre los hosteleros de la plaza. Aunque algunos de ellos no han querido pronunciarse hasta el momento. Los que han optado por el silencio son los responsables de El Puchero, Carlos V y el Restaurante Cáceres. Todos creen innecesaria la polémica creada. "Es absurdo crear una guerra con los compañeros, no sirve que nos llevemos mal con los vecinos", dijeron. La postura neutral tomada por estos hosteleros no es entendida por Emilio Rey, quien afirmó que estos negocios están igual de afectados que el suyo.