Ahora no son tan estrictos como antes. Hay un poco más de flexibilidad a la hora de cerrar". Así responde uno de los hosteleros de La Madrila consultados por este diario y que prefiere guardar el anonimato sobre el cumplimiento de los horarios en los locales de la plaza de Albatros. Y es que, asegura, aunque la policía local sigue denunciando a los establecimientos, el panorama ha cambiado hasta el punto de que se les permite retrasar el cierre cerca de una hora. "No es lo mismo cerrar a las tres que media hora más tarde. Es la franja horaria en la que podemos hacer más caja", afirma.

Sin embargo, estos empresarios se quejan de que se permita reabrir a "tres o cuatro" locales de la plaza de Albatros a partir de las cinco y media. Aseguran que provocan ruido y que se han producido peleas y actos vandálicos coincidiendo con las horas durante las que permanecen abiertos. "Son los únicos que lo hacen. El resto, que somos bares especiales, sigue como siempre, cerrando un poco más tarde. Antes teníamos a la policía todos los días y, aunque siguen viniendo, ya no es lo mismo", subrayan. Esta situación, añaden, provoca molestias a los vecinos porque "ni siquiera pueden sacar el perro por el escándalo que se forma en el entorno de los afters ".

SIN COCHES En cuanto a la medida de cerrar los accesos en coche a la Madrila baja, los empresarios dicen que ha repercutido positivamente porque se han reducido los ruidos que antes provocaban los vehículos a altas horas de la madrugada. "Venían del botellón y liaban un escándalo tremendo del que nos culpaban luego a los hosteleros", afirma uno de estos profesionales del sector en respuesta a las quejas de los vecinos de La Madrila.

La repercusión de la ordenanza del ocio, aprobada en noviembre del año pasado, apenas se ha dejado notar entre estos profesionales, que piden al ayuntamiento que agilice la entrada en vigor de la normativa. "Que el ayuntamiento coja el toro por los cuernos y la ponga en marcha de una vez", afirma el propietario de uno de los locales.

Ivanhoe y Barroco son dos de los locales dispuestos a adaptar sus establecimientos para cambiar de licencia y pasar de la categoría de bar especial (categoría c) a la de café-concierto (la e). De esta forma, y tras la obras exigidas, podrían programar actuaciones musicales y abrir una hora más al público, ya que cerrarían a las cuatro de la madrugada desde los viernes.