El significado de la vida no es simplemente existir, sino moverse, conseguir, conquistar, saberse ir con dignidad para no volver a pisar aquella playa, pero sí otros mares, porque el secreto de salir adelante es comenzar. En este ático hay grandes ventanas, un cuadro de Haití, otro de Cuba con un aliviador "¡Basta!". Sobre la pared una foto de Leonor en un autobús y un niño que le sonríe al mundo. Federico Suárez fue el hombre más influyente del socialismo extremeño. Hoy, siete años y medio después de su adiós, mira las olas que llegan a Macondo y susurra: "Cariño, comenzamos..."

--¿Cómo es ahora su vida?

--Como la de millones de españoles, tengo mi trabajo de autónomo y mis responsabilidades familiares.

--El país vive la zozobra de una crisis política de muy difícil solución y de consecuencias inciertas...

--Las elecciones arrojaron un panorama excesivamente plural, diría yo, lo que nos lleva a concluir que no hay una mayoría para gobernar. Nos atrevemos a decir, no sé por qué, que los ciudadanos han pedido que haya diálogo y consenso, pero nadie sabe interpretar adecuadamente cómo se va a producir. Se está dando, además, un segundo factor muy importante que debilita una salida: la frivolidad de los grupos políticos. Todos están jugando una partida de ajedrez en favor de sus intereses partidarios. Creo que España tiene una difícil salida en este momento, salvo unas nuevas elecciones generales.

--¿Eso sería el mal menor?

--Sí, aún a sabiendas de que se iban a repetir de nuevo los resultados. Nos lleva todo a eso. El comité federal del PSOE, por ejemplo, no está para hablar de alianzas, está para convocar el congreso, pero claro, a Pedro Sánchez le están diciendo que no puede gobernar con el PP, que debe formar un gobierno de izquierdas sin que esté apoyado en los independentistas, es decir, le están dando a Sánchez un mandato difícil de cumplir que destapa las contradicciones del PSOE porque no sé a que viene que gente como Ximo Puig, o algunos más, le digan a la ejecutiva federal qué tiene que hacer cuando ellos han negociado con Podemos en sus respectivas regiones sin haber ganado, por cierto, unas elecciones en su vida.

--¿No le dan ganas de frotarse las manos y exclamar: ¡Necios!?

--No. Voy más allá, creo que la economía de este país necesita que haya un gobierno cuanto antes. Aparentemente nadie se da cuenta de que Bruselas manda más de lo que creemos.

--¿Cree que el Partido Popular y el PSOE, ambos derrotados en las recientes elecciones, deben dejar a un lado la preocupación por su futuro y anteponer los intereses de España?

--Antes había un nexo común, con el terrorismo por ejemplo, y se hicieron pactos. Ahora el interés de España para el PSOE y las fuerzas de izquierdas es aguantar la crisis económica para que no perjudique a los más desfavorecidos, pero el interés del PP es otro.

--¿No le parece un riesgo que el PSOE pacte con Podemos?

--Sí. Es cierto que el electorado de Podemos es ideológicamente próximo al PSOE. Ahora bien, ¿aguantaría Podemos el tirón de estar en el gobierno, de ser serios y coherentes? Esa es la gran pregunta que debe hacerse mucha gente. El problema no es pactar una línea de gobierno, el problema es el día a día. Todavía me acuerdo del tripartito catalán.

--¿Considera una irresponsabilidad la decisión de Rajoy de no formar gobierno?

--Absolutamente, porque el PP presume de que ha sido el partido más votado y el más votado es el que tiene la responsabilidad en primer lugar de respetar la propuesta del Rey. Por cierto, creen en la Jefatura del Estado y tienen que cumplir también con el Jefe del Estado, que propuso al señor Rajoy para que acudiera al debate de investidura en las Cortes y éste se negó por motivos de estrategia política. Por eso sí creo que son unos necios.

--¿Le parece razonable la propuesta que hizo Pablo Iglesias sobre su nombramiento como vicepresidente ante ese hipotético acuerdo de gobierno?

--No. Es una charlotada.

--¿Qué está ocurriendo en este país para que no vuelva el espíritu de la Transición?

--Creo más bien que el problema es que ahora no hay líderes que respondan a esa circunstancia. Aunque fuera necesario políticamente aquí nunca se entendería un gobierno entre la derecha moderada y el PSOE. Circunstancias menos graves las tiene Alemania y está gobernando la socialdemocracia. Ahora bien, hay una salvedad entre Merkel y Mariano Rajoy: Merkel no ha metido la mano en la caja.

--En la Transición había un espíritu final de acuerdo encarnado por Adolfo Suárez y Felipe González, la propia llamada a Santiago Carrillo, que se sentaron y se fumaron tres paquetes de cigarrillos, añadiendo a eso el papel esencial del Jefe del Estado. Ahora existen prácticamente los mismos actores, ¿qué pasa para que todo sea tan distinto?

--Suárez no estaba manchado nada más que por su historia, Rajoy está manchado por la corrupción. ¿Es Carrillo Podemos? Carrillo sabiendo que se trataba del interés general de España, desplegó en un comité central del Partido Comunista la bandera de España y no rechazó la Monarquía porque sabía que el PCE, más que el PSOE, era fundamental en el establecimiento de la Democracia en España. Podemos no ha hecho por este país nada, más que salir el 15-M a Sol, pero el Partido Comunista sufrió la mayor represión en la historia de España.

--¿La Junta, en sus sucesivos gobiernos, ha primado a Badajoz sobre Cáceres?

--La ventaja que tenía el gobierno de Ibarra sobre otros muchos es que tenía un proyecto de región. La primera carretera que se arregló fue la de Cáceres-Badajoz, le siguieron las del norte porque se preveía ya el potencial turístico que tendría Cáceres. Eso sí, algunos paletos cacereños criticaron que se hacían muchos puentes en Badajoz, y sin tener río en Cáceres también querían puentes.

--Pero no negará que usted encarnaba el poder de Cáceres frente a Badajoz...

--Fui junto con Ibarra el que propició la unificación de las dos federaciones socialistas provinciales para hacer el congreso regional de Extremadura. Lo que sí hay que admitir es que había que luchar por un equilibrio entre las dos provincias dentro de un proyecto regional y lo conseguimos. Además, mantuvimos --que siempre fue una gran ventaja histórica del PSOE de Cáceres-- un equilibrio electoral con Badajoz, que hoy no lo hay porque hemos perdido las elecciones autonómicas en Cáceres.

--¿Usted fue el Alfonso Guerra del PSOE extremeño?

--No, no, no. Ni lo pretendí nunca. Nominalmente sí, porque el que es vicesecretario del PSOE es el número dos de la región, pero nunca jugamos en Extremadura a esta historia. A algunos compañeros de Cáceres les gustaba mucho decir eso porque eran muy amigos míos, pero no era la verdad.

--¿Cómo vivió el gesto de Vara de reunirse en una corrala con el líder de Podemos?

--Cachondo.

--¿En qué ha beneficiado al PSOE extremeño no ganar las elecciones autonómicas por mayoría absoluta?

--En nada. El PSOE debía haber ganado por mayoría. Es nuestra obligación histórica. Creo que llevaba un buen programa para ganarlas y ahora tiene que estar al pairo una vez de Podemos, otras del PP, que efectivamente tendrá que llegar a un acuerdo porque un presupuesto es importante. Yo creo que tiene una buena consejera para conseguir eso.

--Ahora, la experiencia a la papelera. Los llaman Dinosaurios frente a los Emergentes...

--Siiiii claroooooo, yo soy un dinosaurio de Steven Spielberg... Yo tengo la misma edad que Vara, yo tenía 18 años cuando empezó la Transición, yo y algunos compañeros más vamos a hacer 40 años de militancia en el Partido Socialista... Por cierto, que fuimos los que hicimos el PSOE de Cáceres aunque algunos nuevos historiadores de andar por casa, de estos que están ahora con la Memoria Histórica, no nos recuerden así.

--¿Y qué decirles a quienes piensan que los mayores ya no aportan nada a la vida política?

--Que es incierto. Hace poco vimos en televisión Deutschland 83 , una serie alemana que cuenta la historia de un joven que se mete en la Alemania Federal a espiar en favor de la República Democrática Alemana. Narra cómo cuando los pacifistas estaban organizando las manifestaciones contra los misiles piercing de Reegan recurrían a Willy Brand, uno de los viejos con mayor prestigio político, esencia de la socialdemocracia alemana y uno de los inventores del Estado del Bienestar. Y no pasaba nada por que aquel político, que entonces tenía la misma edad que tiene ahora Felipe González, no estuviera en la estructura disciplinaria del SPD; iba a esas manifestaciones en contra de su propio partido, que estaba en el gobierno con Helmut Schmidt como canciller alemán. Era lo lógico. Pero en el Partido Socialista siempre hemos tenido ese miedo a perder las ilusiones que conquistamos en el 77 y siempre hemos buscado partidos duros, fuertes y disciplinados con estructuras muy cerradas porque creíamos que si debatíamos en la calle perderíamos.