"A veces me viene a la cabeza ese bicho porque te queda la duda si volverá. Ha habido gente a la que se le ha vuelto a reproducir después de un tiempo y por eso en ocasiones asaltan las dudas". Pero Maribel Corrales, la camarera más célebre que ha tenido La Madrila, está radiante. Hoy se cumplen justamente seis años desde que fue sometida a una operación a consecuencia de un cáncer avanzado en el cuello del útero. Habla con El Periódico Extremadura porque quiere que su caso sirva de ejemplo para todas aquellas personas que atraviesan una situación semejante. Maribel da ánimos: "Que la gente vea que se puede salir adelante pero teniendo mucha fuerza de voluntad y fe".

La vida de Maribel es ahora muy distinta. "En este momento me encuentro bastante bien, excepto cuando me vienen las obstrucciones intestinales. Lo que pasa es que ahora, desde que he vuelto a nacer, vivo al día, hago lo que me apetece, ayudo al que lo necesita". Asegura Maribel: "En este momento soy muy feliz porque flipo con todas las cosas bonitas que me dice la gente de Cáceres por la calle o por facebook. Me escriben cosas preciosas, la última este mensaje de ayer que me envió un amigo y que escribía: "La más guapa y la mejor amiga". Esos detalles me llegan muy hondo".

Maribel tiene igualmente palabras de agradecimiento para los médicos. "Mi amigo el doctor Luengo me mandó ayer una felicitación porque fue mi santo. Y le doy las gracias por todo lo que se ha preocupado por mí". En su memoria, para siempre, también la doctora Carmen Sánchez, "que me curó a mí y que falleció ella después. Carmen se portó genial conmigo, Me acuerdo que hace ocho años yo estaba como una moto, había reservado vacaciones en Benidorm. Me iba al día siguiente, pero a las ocho de la tarde del día anterior tenía consulta con Carmen porque me percaté de una mancha marrón. Pensaba que era infección de orina y cuál fue mi sorpresa cuando Carmen me dio el pronóstico. En 10 días lo preparó todo rápido para la intervención. Los tres primeros años lo pasé muy mal, tan mal que los médicos no daban ni un duro por mí".

Ahora hay mucha luz en el rostro de Maribel, que siempre tiene frases bonitas para sus amigos Rufino y Santiago Pizarro, también para su hijo, su nuera, y, cómo no, para sus nietos Leo y Rodrigo, sus tesoros.