El tipo impositivo que el ayuntamiento aplica sobre el valor catastral de los bienes rústicos será este año del 0,73, un 17% superior al que se aplicó en el ejercicio del 2004, ya que durante el 2005 entra en vigor la revisión de tipos impositivos que el pleno de la corporación local aprobó el pasado diciembre. Sin embargo, los ingresos que el consistorio obtiene por los bienes rústicos son muy inferiores a los urbanos. En el presupuesto municipal para el 2005 se prevé que la recaudación por el IBI de rústica ascienda a unos 140.000 euros, mientras que por el urbano se calcula un ingreso de 14 millones.

Lo que de momento no se va a renovar es el catastro inmobiliario urbano. La última revisión, que afectó a los valores catastrales, que se actualizan anualmente en base al IPC, se realizó hace ahora diez años.