Recuperar una tradición es algo más que mirar al pasado, es aprender y divulgar una parte del espacio urbano y suburbano cuya importancia es indudable. También es conocer el comportamiento de una sociedad y saber cuales eran los valores de pueblos y ciudades. Las lavanderas y el febrero formaron parte de la vida festiva de Cáceres durante siglos. Lavanderas y febreros son la representación viva de la memoria de las humildes. Mujeres de una parte de la ciudad que nunca tuvieron acceso a la vida pública. A pesar de ello, el arrabal ha sabido dejarnos una manera original de iniciar el Carnaval, recordando a unas mujeres que al margen de los circuitos oficiales de la cultura, han dejado para el disfrute de todos un ritual que nos hace sentir cercana tanto su presencia como su temple humano.

*Historiador. Pregonero del Carnaval