No hay paso en la construcción del nuevo acceso al poblado minero que no se vea entorpecido por algún contratiempo. En este caso se trata de un problema con la distribuidora de los sistemas de iluminación que se colocarán en todo el recorrido y que no acaban de llegar. Sí ha llegado una de las dos partes principales que componen cada una de las farolas: el poste que sujeta el elemento de iluminación; pero falta precisamente este último, la luminaria. La distribuidora se está retrasando en la entrega, y por ello la subcontrata que ejecuta las obras está buscando otro distribuidor que pueda suministrarle las mismas luminarias previstas, o alguna que sea similar y pueda adaptarse a ese báculo, con el fin de que el nuevo vial se pueda abrir cuanto antes.

La previsión del ayuntamiento es que a lo largo de la próxima semana puedan comenzar a circular los coches por el nuevo acceso de Aldea Moret. "Estaba previsto que hoy mismo --por ayer-- pudieran pasar los primeros coches, pero no es posible por ese problema con la iluminación", lamentó ayer el concejal de Infraestructuras, Miguel López, que señaló que una vez que eso se solvente "se abrirá al tráfico". "Creemos que podrá ser a lo largo de la próxima semana", concretó.

En todo caso, una vez que se abra al tráfico la zona, aún quedarán algunos trabajos por hacer "que no afectarán al tránsito de vehículos", señaló López. Se trata de remates a ambos lados de la vía y de tareas de jardinería, fundamentalmente.

DOS AÑOS El nuevo acceso permitirá conectar la avenida de la Constitución con la nueva urbanización de Sierra de San Pedro --en la que hay una previsión de más de 2.000 viviendas--, con el poblado minero, el edificio Embarcadero y el vivero de empresas que será el Garaje 2.0; y eliminará además el último paso a nivel que quedaba en el entorno de la ciudad. Sin el obstáculo de la vía, el nuevo acceso se convertirá también en la salida más rápida para enlazar con la carretera de Badajoz.

Para hacerlo han sido necesarios más de dos años de trabajos y una inversión de 2,8 millones de euros, buena parte del mismo destinado a la construcción de la estructura que permitirá salvar la vía del tren a través de un paso inferior.

El proyecto comenzó a gestarse en el año 2006. A pesar de que se consideraba ´urgente´, no se adjudicó hasta el año 2008, y en 2009 fue necesario parar la obra porque se detectó un error en la redacción del proyecto que llevaba la vía al espacio del edificio Embarcadero. No se reanudaron hasta seis meses después, y con un sobrecoste de 800.000 euros para edificar el nuevo paso de la vía de forma independiente y colocarlo después en el trazado ferroviario. Para poder colocar la pieza que crea el paso inferior, fue necesario interrumpir el tránsito de trenes durante 24 horas.

En septiembre del 2010 hubo otro parón por problemas de la empresa adjudicataria con la subcontrata encargada de realizar el acerado. Ahora parece que será cuestión de días.