El empresario madrileño Alejandro Rodríguez Carmona, salvador de la fábrica de cerámicas cacereña Waechtersbach, amplía ahora mercados tras anunciar su intención de hacerse con la prestigiosa marca sevillana de La Cartuja.

Ayer, el propio Rodríguez Carmona confirmó a EL PERIODICO EXTREMADURA que presentará cuanto antes una propuesta en firme para hacerse con la planta de Sevilla. Indicó que existen muchas similitudes entre este proceso y el que vivió en Cáceres, aunque admitió sus diferencias entre ambos. "Nosotros en Cáceres tenemos un producto bastante único en cuanto al colorido que tiene y el tipo de serigrafía que utilizamos", mientras que "el principal activo de La Cartuja es la marca", apostilló.

EL EXITO

Los éxitos alcanzados por Carmona en el proceso cacereño le han animado a esta nueva iniciativa empresarial. El responsable de la filial de Cáceres definió la trayectoria de Waechtersbach como positiva desde el pasado mes de junio, en que se levantó la quiebra. "Hemos invertido 350.000 euros y poco a poco se va mejorando".

El empresario reconoció estar "muy ilusionado" con los cambios que se estaban produciendo y aseguró que "el año que viene se incrementarán y expandiremos nuestra base de clientes".

El principal objetivo de Carmona es "montar una red de distribución por toda España y abrir nuevos mercados a nivel de bancos y de prensa". Además, Waechtersbach se afianzará en el mercado americano, principalmente en Estados Unidos, donde también se distribuye.

Carmona confía en realizar una inversión de dos millones de euros en la fábrica de Cáceres, que actualmente da trabajo a algo más de 90 empleados. La intención es incorporar nueva tecnología y triplicar la fabricación.