Un total de 69 años de prisión suman las condenas que el Ministerio Fiscal solicita para 13 miembros de una importante red de narcos, entre ellos un Policía Nacional de Coria, que fue desarticulada en noviembre del 2004 y que serán juzgados el próximo día 27 y 28 de marzo --en dos sesiones por el elevado número de imputados-- en la Audiencia Provincial.

Esta operación, una de las principales actuaciones llevadas a cabo en la provincia de Cáceres contra el tráfico de drogas y que llevó a descubrir y desarticular al grupo, entre cuyos miembros figuran propietarios y camareros de bares de Cáceres y otras localidades cacereñas, y que operaba en muy diferentes puntos de España, se inició precisamente con el seguimiento del policía.

La investigación de Carlos S. V., policía al que se había suspendido provisionalmente de sus funciones por hallarse implicado en actividades delictivas contra la salud pública --diligencias que tramitó el Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Bilbao y la Policía Judicial de la Comisaría de San Sebastián--, la inició la Unidad de Asuntos Internos de la Dirección General de la Policía en julio del 2004.

"En la vigilancia se detectó, entre otros hechos, que aun careciendo de actividad laboral llevaba un nivel de vida elevado, que adoptaba numerosas medidas de seguridad para evitar ser controlado por la policía..., lo que motivó que se solicitara al Juzgado de Coria, lugar donde estaba domiciliado, un mandamiento para la intervención de su teléfono", lo que se autorizó con fecha 3 de septiembre.

Desde esa fecha y hasta que se llevaron a cabo las detenciones, en octubre y noviembre, "fueron numerosas las llamadas que el policía acusado recibió de terceras personas interesadas en adquirir tanto cocaína como hachís, y también las llamadas de éste al también acusado Arsenio J. B. con el fin de, por su parte, adquirir droga para poder abastecer a su clientela", recoge el fiscal en su escrito de calificación de los hechos.

A través de este policía se llegó a los otros 12 detenidos. Uno de los principales miembros de la red era Arsenio J. B., residente en la calle Santa Joaquina de Vedruna de Cáceres, que además de facilitar droga para su venta al primero también se la suministraba a otras personas para la transmisión a otros. Además, con el fin de captar intermediarios que movieran en pequeñas cantidades las sustancias estupefacientes que él poseía, recorrió bares de Cáceres y la provincia donde captó como clientes a dueños y camareros. Así, camareros de bares de Cáceres son los también acusados Carolina M. M., Fernando B. P., y la mujer de éste Ana María R. P.; regente de otro también de Cáceres, Juan M. L.; y propietario de un bar de las Hurdes, Antonio C. O.

Arsenio J. B. contaba para su ilícita actividad con la participación de su mujer, Marina G. M., y de su hijo, Rubén J. G., ambos también imputados en este proceso. Completan la red Atanasio P. A., que actuaba como intermediario entre Arsenio y los compradores de cocaína y hachís; Alvaro M. F., que compraba cocaína al hijo de Arsenio para venderla en Jerte; Pedro N. G., uno de los suministradores de Arsenio; y Manuel C. C.

Las primeras detenciones se produjeron el 12 de noviembre del 2004. Fueron las de Arsenio J. y Pedro N., durante una operación de compra, y posteriormente se detuvo al resto. En la operación se intervinieron 145 gramos de hachís, 1.790 gramos de cocaína, dinero, teléfonos móviles y varios vehículos.