Las llamas arrasaron la noche del pasado lunes la fábrica de pinturas Pintesa (Pinturas Técnicas Europeas), situada en el municipio cacereño de Torremocha.

El incendio se produjo hacia las 23 horas del lunes dentro de la propia nave y los bomberos necesitaron cerca de nueve horas para sofocarlo. Aún así la nave, que mide más de 3.000 metros cuadrados, está completamente impracticable (a excepción de las oficinas y el laboratorio) y el fuego provocó, además, el derrumbe del techo del local. Sin embargo no se sabe aún qué fue lo que lo provocó. La policía judicial se encontraba ayer por la tarde en la zona (acordonada desde las doce de la mañana por la Guardia Civil) para buscar algún indicio que condujera a la causa del mismo.

PRODUCTOS TOXICOS La fábrica estaba llena de productos químicos como pinturas, acetona, disolventes o resina, por lo que las llamas se propagaron con facilidad en un corto periodo de tiempo. Llegaron incluso a explotar varios bidones situados en la parte exterior de la explanada y que contenían líquidos tóxicos. De hecho hubo un momento en que los bomberos llegaron a temer que el humo fuera peligroso para las poblaciones cercanas. Sin embargo, y según indicaron desde el Servicio de Prevención de Incendios (Sepei) el escaso viento ayudó a que la humareda no se esparciera demasiado, por lo que no fue necesario llevar a cabo ningún desalojo. A esto hay que añadir que la fábrica se encuentra a las afueras de la localidad, por lo que no hay viviendas en las fincas colindantes.

"Las llamas eran impresionantes. Parecía una película", comentó a este diario Paco, el dueño de uno de los terrenos cercanos a la fábrica donde pasta su ganado. "El humo era muy negro --continúa-- pero nos aseguraron que los animales no corrían peligro", dijo.

Tras apagar el fuego, los bomberos avisaron a Medio Ambiente para que comprobara si era necesario reciclar el agua usada durante la labor de extinción, ya que el nivel de contaminación era bastante alto.

CALCULO DE LOS DAÑOS Los daños materiales podrían superar los 3.000.000 de euros, según los primeros cálculos del administrador de la fábrica, José Navas, que incidió en que aún no había tenido tiempo de contabilizar los deterioros detalladamente. Se encontraba exhausto y un poco incrédulo e impotente con lo que había ocurrido. Y es que, según comentó, el suceso ha tenido lugar en el peor momento. La actividad de la nave se encontraba parada desde hacía dos años porque existía un proceso concursal. "En octubre conseguimos aprobar el convenio y los nuevos inversores se encontraban ya en la fase de ampliación de capital", dijo el administrador de la nave.

Hasta el lugar del incendio se desplazaron la Guardia Civil y 15 bomberos de Cáceres con cinco vehículos de extinción, uno de brazo articulado y dos de jefatura y transporte de material. La fábrica de Torremocha permanece aún acordonada debido a que la zona es peligrosa y aún continúa saliendo humo.