Un ciudadano se vio sorprendido cuando le llegó una deuda telefónica que no era suya, sino de otra persona con su mismo nombre y apellidos. La compañía no escuchó sus explicaciones y le incluyó en la lista de morosos. El problema se fue complicando hasta que el afectado recurrió a Acuex y el caso acabó en los tribunales, que obligaron a la operadora a indemnizarle con 900 euros.