Quince vecinas de Llopis Ivorra reclamaron indignadas el lunes al presidente del barrio una solución a los problemas del agua hartas de tener que recurrir a la buena voluntad de otros vecinos o familiares para ducharse con suficiente presión en los grifos. "La mayoría de las veces sale únicamente un hilo de agua, no te puedes lavar la cabeza y mucho menos poner la lavadora", se lamentaba ayer una de las afectadas.

Situaciones similares se han vivido durante años en los pisos altos de gran parte de la ciudad. Comenzaron a solventarse con el cambio de la red emprendido por Canal de Isabel II.