A raíz de las denuncias presentadas por unos hosteleros de la plaza Mayor contra otros, el gobierno municipal encargó en julio informes técnicos a la policía local para determinar cómo erradicar una situación que no parecía tener solución. Le pidió que determinase qué medidas había que tomar para poner orden en la publicidad exterior que utilizan los establecimientos para llamar la atención de los clientes y también en la actividad de los relaciones públicas. El resultado ha sido claro: o trabajan en sus terrazas o pagarán una tasa. En caso contrario, serán sancionados. "Hasta ahora no estaba regularizado", explicó el edil de Turismo, Jorge Suárez.