Es difícil, en tiempos como los que corren hoy en día, encontrar personas dispuestas a emprender nuevos proyectos. Existe un sentimiento generalizado de desilusión, que ahoga la iniciativa del ciudadano, bajo la frase de -cualquier tiempo pasado fue mejor-. Empresas que se ven obligadas a colocar en una balanza sus principios, y entregan duros a pesetas o trabajo gratuito, buscando la captación de clientes, con los que poder quizás mañana llegar a fin de mes. Pequeños negocios que se vieron abocados al fracaso, y tuvieron que cerrar sus puertas, apenas habían sido inaugurados. Personas desempleadas, haciendo cola para sellar el paro, y ansiando firmar contratos con el diablo si es preciso, con tal de poder mantener a los suyos.

La situación económica y laboral de nuestro país, no ha hecho sino matar los sueños de muchos de ustedes, y con ellos, las ganas de emprender de nuevo el camino.

Es fácil sumirse en este sentimiento cuando no se ven sino continuos obstáculos con los que caer según se avanza. Así, es comprensible que muchos se cansen de levantarse una y otra vez, y opten por permanecer en el suelo, esperando tiempos mejores o un ápice de ilusión que les haga reaccionar de nuevo.

Por eso, en tiempos donde comprendemos que tal actitud se esté dando, valoramos especialmente a aquellos que no se dejan vencer por el cansancio; aquellos que se reinventan día a día e intentan encontrar la manera de avanzar. Gente con iniciativa, gente emprendedora que lucha a diario por poner en pie sus sueños, o acaso solucionar su situación actual llevando a cabo sus ideas.

Que el panorama actual es más que preocupante ya todos lo sabemos: los nubarrones se instalaron sobre nosotros hace tiempo sin avisar ni señalar una fecha fija de partida. Por ello es momento de intentar romper con lo establecido: Es momento de levantarse y avanzar; de dejar de pensar en tiempos pasados y centrarnos en los futuros, porque por muy oscuros que sean esos nubarrones, no -amainarán- si no somos nosotros mismos quienes los apartamos. Es momento no sólo de aplaudir a aquellos valientes emprendedores que nos encontramos en el camino, sino de sumarnos a ellos e intentar cambiar las cosas. Es momento de llevar la iniciativa.