El 2007 será un año inolvidable para nuestra hija Helena, única seleccionada en Cáceres y provincia para esta edición de la Ruta Quetzal. Después de tres semanas en Méjico, pudimos abrazarla en Toledo. La expedición americana ha terminado, ahora les quedan otras tres, en las que recorrerán parte de España y vivirán otro tipo de aventuras. El reencuentro, estaba programado en la plaza de Zocodover, pero se retrasó, (imposible ajustarse a un horario).

Cuando las puertas de los autocares se fueron abriendo, los chavales empezaron a llorar, gritar y correr a medida que iban reconociendo a los suyos acercarse a recibirlos. En un instante, la plaza toledana vibró de cariño, un cariño que lo cubriría absolutamente todo hasta que siguieron con su ruta, mientras los padres emprendíamos la nuestra de regreso a casa, muy contentos porque ellos lo estaban. Monitores, fotógrafos y demás miembros de la organización en un segundo plano, asistían regocijados el esperado momento que aunque repetido cada año, emociona por igual a cualquiera que lo observe.

Helena, nerviosa, no paraba de contar anécdotas ya conocidas, la ruta, va bien cubierta de periodistas y las crónicas de la jornada, pueden leerse en la página oficial a través de las plumas de El País, El Mundo, ABC...y de los ojos de Angel Colina, fotógrafo oficial que inmortaliza cada instante observando a través del objetivo con una sensibilidad especial, ahí están los resultados.

Agotados, sin ducharse..., pero muy felices, esa noche, en la Academia de Infantería será la primera vez en tres semanas que podrán dormir en una cama. Ya tenían calibrados los colchones (son así...de anchos) decían algunos. Como regalo, en la misma plaza, varios ruteros de diferentes comunidades nos entonaron el Himno de Extremadura que se había ocupado de enseñar a cuanto expedicionario se dejaba . Como encargo especial, llevamos cuatro metros de bandera extremeña que iba a repartir a modo de pulsera-recuerdo a sus compañeros, ya, amigos para siempre.

Helena se presentó con un trabajo musical. Estudiante en el Conservatorio Hermanos Berzosa de 4º de Grado Medio, le puso música a un poema de Antonio Machado incluido en su obra Campos de Castilla. Eligió Un loco y loca estaba por terminar de ajustar versos, estrofas y conseguir un resultado armonioso hasta que quedó satisfecha.

El buen nivel de nuestro conservatorio ha quedado ya de manifiesto en anteriores ediciones, otros alumnos del centro, pudieron alcanzar este sueño gracias a otros trabajos. Así que aprovecharé para pedir a nuestra recién estrenada alcaldesa Conservatorio Nuevo ¡¡¡ya!!!.

La expedición cuenta con su aula de música, quien lleva la batuta este año es Iliana Sánchez, una joven madrileña (nació en el 85) que coordina los distintos instrumentos que unos llevan y otros pone la organización. Si alguien se ha dado una vuelta por la página www.rutaquetzal.com , habrá visto el ritmo frenético de las actividades programadas y en esas condiciones, parece imposible montar una obra, pero lo hacen, llenaron Méjico de notas musicales, los del taller de pintura de colores y todos, por donde pasan, van dejando huellas de entusiasmo, alegría, compañerismo, solidaridad y una aprendida capacidad de adaptación en situaciones adversas. Definitivamente, la Ruta Quetzal es una escuela de vida, un relato de itinerario, que como en El Quijote, todo es posible.