Cáceres contará en el 2008 con un centro pionero en la región para la reinserción de presos en régimen abierto, último grado de la condena antes de la libertad condicional. El centro de inserción social (CIS), como los denomina la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, empezará a construirse este año en una parcela de 3,6 hectáreas cedida por la diputación en la finca el Cuartillo, junto al actual centro penitenciario.

Las obras durarán entre 12 y 18 meses y el proyecto definitivo aún está pendiente de recibir el visto bueno de la directora general Mercedes Gallizo que, tras una visita a Extremadura en septiembre del año pasado, tuvo que aclarar que el centro sería de nueva construcción junto al centro penitenciario y no en los terrenos de la cárcel vieja como se informó en un principio.

En enero pasado los responsables de la cárcel cacereña presentaron las alegaciones al anteproyecto del centro que, a falta de presupuesto, dispondrá de 50 habitaciones dobles y dos módulos para servicios sociales y comunicaciones.

La apertura de estas instalaciones supondrá el cierre definitivo de la antigua cárcel de Pinilla, donde ahora pernoctan una decena de internos que salen diariamente a la calle a trabajar y que regresan a dormir. La importancia del futuro CIS de Cáceres radica en que los internos en régimen abierto que aún no hayan logrado un contrato de trabajo puedan recibir formación en talleres ocupacionales, además del desarrollo de programas sustitutivos de penas.

PROYECTO NECESARIO Esteban Suárez, director de la cárcel cacereña, explicó que este centro vendrá a cubrir una de las principales necesidades de Instituciones Penitenciarias en la atención a internos en tercer grado, ya que la cárcel de Pinilla no reúne las condiciones. "Están ahí porque no los podemos tener en otro lado", reconoce. Sólo tres de los diez ingresados en la actualidad en el antiguo edificio de Héroes de Baler no salen a trabajar y permanecen dentro.

Asimismo, destacó que el objetivo es que en el nuevo centro estos internos "tengan mucha más actividad en talleres ocupacionales" e hizo hincapié en "el importante cambio" que supondrá para los que tengan ya un contrato de trabajo.

El máximo responsable de la cárcel apuntó también que su apertura conllevará que "se puedan sacar más internos a tercer grado seguramente" y que éstos tengan "una mejor preparación" para cuando salgan en libertad condicional. Suárez insistió en la posibilidad de que se podrá ingresar en el CIS a aquellos condenados a los que el juez haya conmutado parte de la pena por un tratamiento penitenciario. También permitirá por su capacidad el traslado de presos en tercer grado de otras cárceles extremeñas. "Normalmente serán de Extremadura", subrayó.

En cuanto a la dotación de personal, Suárez avanzó que habrá que convocar plazas para cubrir los diferentes servicios. El interior del edificio será muy distinto al de una cárcel convencional, ya que no existirán celdas y habrá espacios comunes para los internos. "Tendrá dos edificios de una planta a la entrada, uno para los servicios sociales y otro para visitas y comunicaciones. El tercero para las habitaciones tendrá dos", apuntó este responsable, que agradeció la colaboración de la diputación por ceder terrenos en el lugar más idóneo al estar situados junto al centro penitenciario: "Hemos tenido mucha suerte y es un lujo poder tenerlo al lado", dijo.