Periodista

Cuando ya asoman los universitarios en el campus cacereño, aún sigue sin estar claras qué alternativas se ofrece a tantos miles de jóvenes para que puedan disfrutar de su tiempo de ocio nocturno. Está claro que, por ley, la zona centro deberá estar libre de cualquier conato de ´botellón´ y eso abre un gran número de interrogantes.

Parece claro que el ferial es al día de hoy el escenario alternativo y, de hecho, durante el pasado verano, se ha demostrado, que así puede ser. Pero las precipitaciones siempre son malas consejeras y ahora el ambiente no puede estar más caldeado, con querellas de por medio.

Comparto la opinión del concejal de Juventud, Javier Castellano, empeñado en sacar adelante el proyecto del ferial ya que, al día de hoy, no existen otras alternativas. Pero lo que a muchos resulta chocante es que el edil compare una cesión del hípico a unos hosteleros durante el verano con la autorización municipal que se da para la celebración de unas novatadas o la instalación de un circo. Pobres argumentos para justificar su decisión.

Por contra, no le falta razón al concejal a la hora de señalar las muchas dificultades que entraña ajustarse a un nuevo marco legal que, más que respiro, es una auténtica ´patata caliente´ para los ayuntamientos.

Lo que está claro es que la situación requiere una solución rápida y aún queda lejos el ansiado plan urbanístico. De lo que se trata ahora es de corregir los errores y sacar a flote los aciertos. Sólo de esta manera se podrá establecer una normalidad que siempre ha sido esquiva a la noche cacereña.