Grandes cadenas o empresas locales han sido las encargadas de convertir el centro de la ciudad en el referente hotelero por excelencia de los últimos meses. La inversión de hoteles en el casco histórico y sus alrededores se sitúa ya en los 30 millones de euros, nada menos que unos 5.000 millones de pesetas. Las calles Pizarro, Margallo, Parras y Donoso Cortés, junto a la plaza Mayor --libre ya del botellón -- son ahora las grandes apuestas de los restauradores.

El último avance que se ha producido en este sentido tuvo lugar el pasado lunes en la comisión de Urbanismo celebrada en el Ayuntamiento de Cáceres y que declaró en ruinas el edificio que la Fundación Valhondo Calaff tiene en la plaza Mayor --esquina con General Ezponda--. Fue uno de los pasos previos para su futura conversión en hotel. Los planes de esta conocida institución cacereña pasan por hacer del edificio un establecimiento hotelero con categoría de tres estrellas para el que se invertirán dos millones de euros (alrededor de 300 millones de pesetas).

La intención de la fundación --el edificio está situado encima de la cafetería Cáceres-- es utilizar sus cuatro plantas, repartidas en 1.800 metros cuadrados, para la construcción de 42 habitaciones. Los planes de la propiedad pasan por ceder la explotación del hotel a la cadena que esté interesada. La finca, en ningún caso, podrá ser demolida puesto que está catalogada. La remodelación deberá mantener todos los elementos de valor, mejorar los que estén afectados por la ruina y conservar la estructura de la antigua casona.

LA CASA GRANDE

La otra gran ambición del empresariado cacereño es la Casa Grande, un edificio ahora propiedad de la Universidad de Extremadura, situado en la calle Pizarro. La intención del Grupo Itarcris SL es hacer de este palacete un hotel de cinco estrellas, el primero de esta categoría que habría en la ciudad. Los empresarios que conforman este grupo aseguran estar avalados por cadenas hoteleras nacionales muy destacadas que convertirían el inmueble en un establecimiento de alto standing con 96 habitaciones, un párking con capacidad para 400 vehículos, piscina, locales comerciales y la creación de al menos 50 puestos de trabajo directos. En principio, existe una oferta de compra del edificio que supera los 1,8 millones de euros.

A estos hoteles se suman otros más pequeños, pero no por ello de peor calidad. Se trata de establecimientos con encanto, situados la mayoría en inmuebles antiguos que han sido adaptados y reformados a las necesidades actuales. Entre ellos destacan el Hotel Don Carlos, de la calle Donoso Cortés, construido con capital cacereño por valor de 900.000 euros. Tiene dos estrellas y 17 habitaciones.

Le siguen el Alameda Palacete, de la calle Margallo y La Boheme, en Pizarro. El primero es de 10 habitaciones y el segundo, de cinco. Ambos son de dos estrellas. A ellos se suma el Alkaziris, en Parras, de tres estrellas, 64 habitaciones y construido por la sociedad cacereña Promotora y Gestión de Hoteles Alfonso IX.