Parte de las 441 hectáreas donde la empresa Grabat Energy pide estudiar el potencial de los recursos mineros de litio y estaño está dentro de las zonas de seguridad próxima y lejana del acuartelamiento de Santa Ana, donde está el Centro de Formación de Tropa (Cefot). El plan de urbanismo de la ciudad califica estos terrenos como no urbanizables de protección reserva militar y remite a la legislación estatal sobre las instalaciones de interés para la defensa nacional, en la que se establece que en las zonas próximas de seguridad no podrán realizarse sin autorización del ministerio actividades de ninguna clase. Defensa ya fue consultada e informó cuando se estaba tramitando el plan de urbanismo en vigor que crea suelos urbanizables que están afectados por las zonas de seguridad próxima y lejana de la base militar cacereña.

Este expediente para conseguir de la Consejería de Economía e Infraestructuras, que es la competente en Minas, el permiso de investigación se inició el 14 de julio de 2017 cuando la empresa Grabat Energy hizo la primera comunicación. El objetivo de la investigación es localizar posibles mineralizaciones con contenidos de litio, estaño y wolframio. Aunque el expediente se denomina El Trasquilón, no se corresponde con la finca que está en las inmediaciones de Valdesalor, sino que son 441 hectáreas que están entre las carreteras de Mérida y de Miajadas y que se encuentran a 4 kilómetros del sur de la ciudad (este diario publicó en su edición de ayer el plano de la zona a investigar).

La empresa ha presentado en la consejería junto a la solicitud del permiso de investigación el plan de restauración de los espacios afectados y la información para la evaluación de impacto ambiental abreviada. En la documentación que desde esta semana está en exposición pública se detalla que el terreno donde se investigarían los recursos mineros «es coincidente en su mayor parte» con el espacio protegido de la Zona de Interés Regional de los Llanos y que también «es coincidente» con la zona de especial protección de aves del mismo nombre.

En esta documentación no hay referencia a las afecciones urbanísticas ni tampoco a que el terreno donde estarían los recursos mineros se encuentre sobre el Calerizo. Preguntado ayer sobre si se encuentra sobre el Calerizo, el portavoz del gobierno local, Rafael Mateos, comentó que «debajo de la finca donde se ubica el permiso se encuentra el Calerizo». En la documentación aportada por la empresa se indica que la zona a investigar se encuentra en una estructura sinclinal donde afloran las pizarras y se añade que en este espacio hay dos arroyos que desembocan en el Salor.

De momento lo que ha hecho Minas es admitir la solicitud del permiso de investigación tras pedir a la empresa que completase su plan de restauración y que solicite la evaluación de impacto ambiental abreviada. También se ha pedido a Cultura, al ayuntamiento y a la Confederación del Tajo que informen sobre el plan de restauración. La petición entró en las dos primeras el 9 de abril y en la confederación entró el 6 de abril. A las tres se les daba un plazo de 10 días hábiles. El único informe que está en el expediente es el de Cultura, que es favorable y que se emitió el 24 de abril.

También entró el 9 de abril en Medio Ambiente la solicitud de emisión de informe sobre el plan de restauración. En esta solicitud, a diferencia de las otras tres, no se detalla un plazo.