La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva, hasta llegar a una fase de severa afectación y dependencia. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente en la actualidad después del Alzhéimer, y no tiene cura. Los tratamientos solo permiten aliviar los síntomas. Tampoco tiene buen diagnóstico: existe un 25% de tasa de error porque se trata, más que de una enfermedad, de un síndrome bastante complejo que se confunde con otras patologías. Pues bien, el Grupo de Excelencia Park de la Universidad de Extremadura trabaja en varias líneas de investigación para hallar sus causas, biomarcadores que permitan diagnosticarlo de forma precoz y terapias que consigan reducir el avance de la enfermedad, e incluso corregirla.

Este equipo forma parte nada menos que del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), del Instituto de Salud Carlos III, el más avanzado del país al respecto. Integrado en la Facultad de Enfermería y Terapia Ocupacional del campus cacereño, dicho grupo ramifica sus trabajos en distintos frentes enlazados. Por un lado, estudia los factores etiológicos (causas) implicados en el origen del Parkinson. Al mismo tiempo, investiga moléculas obtenidas a partir de productos naturales de la geografía extremeña «que puedan actuar como neuroprotectores, es decir, sustancias que en los casos de diagnósticos tempranos puedan hacer que el declive del paciente sea menos agudo (ahora mismo no existe nada en este sentido)», explica José Manuel Fuentes Rodríguez, investigador principal y profesor del departamento de Bioquímica y Biología Molecular, y Genética.

HACIA EL ORIGEN / Pero además, este grupo de excelencia avanza en la búsqueda de biomarcadores precoces «que permitan diagnosticar la enfermedad en una etapa menos avanzada, para poder establecer estrategias de neuroprotección, de modo que el declive del enfermo sea más paulatino y que las actividades de su vida diaria se vean menos mermadas», subraya el doctor.

Uno de los principales problemas del Parkinson radica precisamente en que no se conocen estos biomarcadores precoces. Su hallazgo sería muy positivo porque ahora mismo las terapias que se aplican solo tratan los síntomas, ya sean farmacológicas u otras como la estimulación cerebral profunda. En mucha enfermedades sí se pueden realizar pruebas que orientan hacia un diagnóstico precoz, «pero en el caso del Parkinson no hay ningún conjunto de marcadores bioquímicos o no bioquímicos que permitan predecir el origen de la enfermedad antes de que ésta se produzca», subraya el investigador,

MÁS FRENTES / Otra de las líneas que también está desarrollando el grupo es la búsqueda de perfiles metabólicos, es decir, cambios en el metabolismo celular «que podamos utilizar por un lado como biomarcadores y por otro encontrar posibles dianas terapéuticas, es decir, tratamientos más eficaces», aclara José Manuel Fuentes, que junto a otros miembros del equipo lleva ya dos décadas estudiando aspectos moleculares relacionados con la neurodegeneración. De hecho, se trata del grupo de excelencia más avanzado en Extremadura en enfermedades neurodegenativas y el único que cuenta con el aval de CIBERNED, de referencia internacional.

Pero además, el Grupo Park es ya especialista a nivel internacional en el estudio de un proceso celular que se denomina autofagia. Este mecanismo se produce, entre otros, en el organismo humano, de modo que las células son capaces de digerir parcialmente sus propios componentes, lo que repercute en muchos procesos fisiológicos y patológicos, incluidas las enfermedades neurodegenerativas. «En realidad la autofagia es buena para el cuerpo, mantiene su equilibrio porque lo libera de la ‘basura celular’ y de las partes alteradas de un célula, pero si se produce una disminución del proceso, no se eliminan bien determinadas proteínas y esos acúmulos en las células producen la muerte neuronal. Es lo que ocurre en el caso de las enfermedades neurodegenerativas», explica el coordinador.

De hecho, este grupo estudia desde el campus cacereño el papel que desempeñan las disfunciones del proceso de autofagia en el origen de la enfermedad de Parkinson. Para ello trabaja con moléculas que podrían modelar este mecanismo, tratar de aumentarlo y evitar así las enfermedades neurodegenerativas. Sería un paso importante en el estudio de estas patologías.

Su especialización es tal que dicho grupo se encuadra entre los fundadores de la Sociedad Española de Autofagia (el investigador principal forma parte de la directiva) y en 2020 se celebrará el congreso nacional en Cáceres. Además, ha participado en la creación de dos redes de excelencia centradas en dicho proceso.

Pero ahí no queda su labor. Este equipo también aborda el diagnóstico molecular del Parkinson y el Alzheimer, ya que ofrece una cartera de servicios con una treintena de polimorfismos relacionados con estas enfermedades, es decir, una lista de técnicas de diagnóstico que sirven de apoyo a los propios neurólogos del SES para complementar las pruebas que necesitan, especialmente sobre los genes más prevalentes y sus mutaciones.

El grupo Park está integrado de manera permanente por una decena de investigadores, a los que se suman algunos estudiantes avanzados de Enfermería y Bioquímica. Cuentan desde 2006 con un laboratorio bien dotado (necesitan equipamientos muy avanzados) gracias a la búsqueda continua de financiación que realizan y al reconocimiento a su labor (Fondos FEDER, Instituto de Salud Carlos III, Junta de Extremadura, Universidad de Extremadura...).

NUEVA AMPLIACIÓN / De hecho, la Diputación Provincial de Cáceres les permitirá ampliar ahora las instalaciones en 80 metros cuadrados con una inyección de 80.000 euros. «Estamos muy agradecidos, si bien la investigación siempre precisa más financiación. Sin ella no hay futuro y se necesitan plazos muy largos para obtener resultados», afirma José Manuel Fuentes.

Además de su pertenencia a distintos colectivos, sobre todo a CIBERNED, que ha revolucionado el estudio de las enfermedades neurodegenerativas al poner en contacto a los grupos de excelencia del país, el Grupo Park también ha sido uno de los precursores del Instituto Universitario de Investigación Biosanitaria de Extremadura (INUBE), el primero de carácter mixto que se está creando en la región entre la Universidad y la Junta de Extremadura, integrado por grupos de excelencia. Será sin duda el portavoz de la investigación sanitaria en la comunidad autónoma.