El juzgado de instrucción número 2 ha abierto diligencias penales por la muerte del preso fugado que fue abatido por la policía el pasado viernes. Los forenses realizaron ayer la autopsia al preso y previsiblemente los agentes implicados en el dispositivo declararán en sede judicial mañana lunes. El cadávercdel reo llegó ayer desde el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres al edificio del instituto de medicina legal a primera hora de la mañana. La actuación del servicio de patología forense se prolongó varias horas hasta que alrededor de las 13.00 horas, los responsables del IML abandonaban la sede ubicada junto al cementerio cacereño. En el interior del edificio se encontraban varios familiares del interno que se desplazaron ayer desde Huelva, localidad en la que el preso tenía fijado su domicilio. Una vez que concluyó la autopsia, las autoridades entregaron el cuerpo a los familiares.

Los hechos ocurrieron este viernes cuando Jean Paul Sierra, un joven colombiano de 24 años, se dirigía a los juzgados de Cáceres para prestar declaración en el juzgado de instrucción número 1 por un incidente en la cárcel. El acusado acudía con unas muletas y custodiado por agentes de policía, pero sin esposas. En un momento, antes de presentarse en sede judicial, arrojó las muletas y emprendió la huida hacia la Montaña sin que los agentes lograran alcanzarlo. El joven tenía varias causas abiertas en el juzgado de instrucción número 2 por pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas y por este motivo se encontraba en la cárcel desde enero. Para localizarlo, Policía Nacional, Policía Local y Guardia Civil coordinó un dispositivo conjunto y a última hora de la mañana fue interceptado en Vistahermosa donde fue abatido por un policía nacional de un disparo en el tórax. Llegó en estado crítico al hospital y los servicios sanitarios no pudieron hacer nada para salvarle la vida. El subdelegado de Gobierno, José Carlos Bote, insistió ayer de nuevo en que el preso estaba catalogado como «extremadamente peligroso», pero no pudo confirmar que fuera armado. «Dicen que pertenecía a una banda de atracadores de joyerías. Una banda no es que opere de forma individual, tenía contactos y tenía amigos. No sabemos desde que se escapa si puede proveerse de algún arma y cuando se ha puesto en marcha el dispositivo de búsqueda se ha dado la instrucción de que se extremase la precaución», aseguró.

El caso es que no hubo tiroteo ni forcejeo, sí un disparo de un agente en el torax del fugado que le ocasionó la muerte.

Momento de la detención del preso el viernes e imagen suya.