"Es como tirar una piedra en el estanque para mover el agua remansada de la vida política", comentó Santiago Pavón, portavoz de Izquierda Unida en el ayuntamiento, sobre la campaña que la coalición ha iniciado esta semana con el objetivo de propiciar que las propuestas de ciudadanos y colectivos se recojan en los presupuestos. Es una iniciativa que tiene su referente más famoso en el presupuesto participativo de la ciudad brasileña de Portoalegre, donde los ciudadanos intervienen de forma directa en la confección de las cuentas anuales del municipio.

"Es un proceso que se inicia ahora y que hay que madurar, en Portoalegre tardó muchos años en materializarse", explicó Gustavo Pizarro, responsable de organización de la coalición, que recordó que es una idea que IU recoge en su programa electoral municipal.

Esta semana y la próxima se colocarán carteles y se repartirán octavillas con la información de la campaña y con direcciones y números de teléfonos a los que podrán dirigirse particulares y colectivos interesados en formular su propuesta. "Tenemos instrumentos modestos", matizó Pavón, que subrayó la importancia de "adquirir el hábito de participar gobierne quien gobierne, que el ciudadano se dé cuenta que la democracia no es sólo ir a votar cada cuatro años".

Entrar en el presupuesto

Las iniciativas que se reciban formarán parte de las propuestas que IU trasladará a las comisiones y al pleno de la corporación municipal para su inclusión en los presupuestos. Pavón confió en que "algunas lleguen a recogerse". "Si no pueden entrar en el presupuesto, al menos sí permitirá identificar un problema", agregó.

Pavón apuntó que la materialización del presupuesto participativo "es una tarea ardua, que necesita de un equipo técnico, un debate del presupuesto que no se limite a quince días y tener el apoyo del ayuntamiento", aunque destacó que lo importante ahora es iniciar el camino.

En ciudades españolas gobernadas por IU se ha llevado a la práctica este modelo de participación. Para su desarrollo se parte de la creación de asambleas de distrito, en las que se presenta el proyecto y se informa de las posibilidades reales que tiene el presupuesto. Hay un órgano similar en cada barrio del que salen las necesidades, que después se priorizan a nivel de distrito. Este proceso se prolonga de enero a junio para que entre julio y septiembre se trasladen al gobierno. Aunque se puede abrir a las distintas áreas de la política local, generalmente se empieza por favorecer la participación para decidir sobre las infraestructuras que se necesiten.