Carlos Martínez, de Dehesa Solana, se proclamó ayer vencedor de la cuarta edición del concurso de cortadores de jamón organizado por los restaurantes San Juan y Torre Bujaco. La competición, que se desarrolló en los soportales de este último establecimiento en la plaza Mayor, contó con la participación de media docena de expertos en el corte procedentes de diferentes zonas de la región. A solo diez puntos del ganador se situó en segundo lugar Fulgencio Borrella, del mesón San Juan, y Alfonso Medina, de Helechal, con 13 puntos menos que el ganador de la prueba.

Como ya es tradición, la organización hizo coincidir el certamen con la entrega de la tercera edición de los premios Jamón de Oro, otorgados a los políticos extremeños Francisco Amarillo e Isidoro Hernández-Sito, el exrector y catedrático César Chaparro y el entrenador Fabio Capello. Al acto solo acudieron Chaparro y Hernández-Sito, que recibieron de manos de Rafael Arnaiz un pin de oro y un jamón pata negra con denominación de origen Dehesa de Extremadura. Estos galardones reconocen "a personas que han hecho algo por el jamón, por Cáceres y por Extremadura", dijo Arnaiz.

El hostelero destacó la calidad de este producto extremeño del que ayer se repartieron gratuitamente entre el público más de 200 platos de alrededor de 100 gramos cada uno. Cada cortador dispuso de hora y media para obtener el máximo de raciones con este peso de una pieza. El jurado puntuó también el estilo, el grosor y el tamaño de la loncha, la presentación del plato, la rapidez, la limpieza del corte y el rendimiento, ya que también se pesaron las sobras.

MAS DE 400 PIEZAS Con la presencia de la lluvia que no logró deslucir esta fiesta del jamón, el concurso pretende servir "para favorecer a los cortadores, un oficio díficil y bonito, y potenciar el consumo", subrayó Arnaiz, que al año vende más de 400 piezas en sus establecimientos. El hostelero destacó que este plato sigue siendo el más demandado por el público y subrayó que siempre trata de vender "un plato de jamón, un vino de Extremadura y una torta del Casar". Para Arnaiz, siempre hay que valorar en una pieza "el sabor y la curación. Tiene que tirar a dulce, que no esté salado".

Por su parte, Hernández-Sito apuntó que el jamón "es un producto único en el mundo" y se mostró partidario "de seleccionar el bueno y venderlo con las mismas garantías que el caviar". También lamentó que no haya una mayor producción en la región por las condiciones exigidas a los ganaderos. "En un jamón valoro que esté curado y que el cochino se haya rematado con bellota", concluyó.

Para Chaparro, este premio supone un reconocimiento a la Universidad de Extremadura tras la implantación de estudios específicos que han contribuido a que el jamón ibérico "pase de ser un plato de comida a ser tratado científicamente".