Después de una semana hospitalizado debatiéndose entre la vida y la muerte, el joven novillero Jairo Miguel de Cáceres, abandonó el domingo (hora mexicana) el Centro Hospitalario de Aguascalientes, del que recibió el alta tras la cornada que sufrió mientras toreaba en la plaza de toros Monumental. Un astado de 450 kilos, de nombre Hidrocálido, le partió en dos el pulmón y le causó una cornada de 40 centímetros de extensión.

Ayer, su padre, el exmatador cacereño Antonio Sánchez Cáceres, confirmaba en declaraciones a EL PERIODICO, la noticia del alta y calculó que en un periodo aproximado de ocho días él y su hijo podrían estar de vuelta a Cáceres. "Depende de los médicos, pero esperamos que sea así", dijo Sánchez Cáceres.

De momento, Jairo Miguel y su padre se encuentran en La Punta, una finca de la ganadería de José y Pedro Vaca, situada muy cerca de Aguascalientes, ciudad ubicada a 500 kilómetros de la capital de México. "Aunque ya estemos fuera del hospital, Jairo todavía tiene que pasar consulta y aún le tienen que quitar los puntos", subrayó. Sánchez Cáceres reiteró que su hijo "se encuentra bastante bien", aunque matizó "que anda con alguna dificultad y le cuesta trabajo ponerse erguido".

Jairo, según relata el periodista mexicano Paco Vargas en burladerodos.com , abandonó el centro hospitalario (también conocido como Clínica Guadalupe y a escasa distancia de la Monumental) con una sonrisa en su rostro y portando en su mano derecha una pequeña bandera mexicana. "Estoy impactado por el gran cariño que toda la afición me ha brindado", dijo el joven.

El niño torero añadió: "A Aguascalientes lo llevaré siempre en mi corazón por lo bien que se ha portado conmigo". El novillero cacereño comenzó a torear a los 8 años. La imposibilidad de iniciar su carrera en España (la edad reglamentaria son los 16) le impulsó a hacer las Américas. Pese a la cornada tiene claro que su futuro está en el toro. "Se ha dicho que mi padre me obligaba y es mentira, porque a un niño no lo vas a obligar a hacer una cosa que no quiera, porque sabemos cómo somos los niños, ha sido una cosa que no venía ni a cuento", se lamentó a Efe Jairo Miguel.