Juan Longino, Jacinto Herrero, Juan Antonio Sanguino y Cecilio Trejo murieron en Cáceres durante la represión franquista. Todos eran concejales del Partido Socialista. También fue ejecutado el propio alcalde, Antonio Canales, e igual que ellos una larga lista de 93 cacereños de los que sus familias no siempre conocen todos los datos del proceso, ni siquiera el paradero de una veintena de cuerpos. Otros compartieron el mismo destino: Constantino Hernández, Julio Mesonero, Juan Montero, Juan Moreno y José Polo fueron enviados a campos nazis. En recuerdo de todos, y con el fin de ayudar a los suyos a resolver las dudas enquistadas, la Asociación Memorial en el Cementerio de Cáceres (Amececa) acaba de presentar su hoja de ruta "para la recuperación de la memoria de las víctimas republicanas de la Guerra Civil y el franquismo en la ciudad".

Existen estudios académicos de la etapa de la represión en Cáceres, pero no se había creado una asociación ciudadana para arrojar luz desde el punto de vista social. Amececa se gestó a finales del 2010 con el primer objetivo de solicitar un monumento memorial en el camposanto con los nombres de las víctimas. Inaugurado en 2014 por la alcaldesa, el colectivo entiende que hay que iniciar un compendio de acciones "para dignificar a las personas que murieron y a los presos que pasaron por la cárcel o por la plaza de toros", explica José Hinojosa, vicepresidente de Amececa y profesor de Historia.

Estas propuestas han sido trasladadas al segundo teniente de alcalde del ayuntamiento, Laureano León, durante la reunión mantenida recientemente. Incluyen la eliminación del callejero de nombres relacionados con el viejo régimen: Comandante Sánchez Herrero (cuesta de Hacienda), parque Calvo Sotelo y posiblemente la calle Comandante Joaquín González, "que de confirmarse su segundo apellido como Martín sería uno de los organizadores del golpe de estado", explica el profesor.

También solicitan la retirada de los símbolos franquistas de Cáceres, y para ello iniciarán en los próximos días una campaña de identificación y ubicación de estos distintivos, con la ayuda de la ciudadanía, a la que instan a comunicar la existencia de los mismos a través del correo ' memorialcaceresgmail.com'. Un simple vistazo a algunos distritos permite localizarlos. Por ejemplo, en Aldea Moret hay dos leyendas sobre sendas fachadas que anuncian los grupos de viviendas construidos por el sindicato vertical en los barrios conocidos como La Paloma y Los Pabellones.

El símbolo de falange también está en los edificios de las calles Albacete y Ramiro de Maeztu, junto a Reyes Huertas, anunciando la creación de un centenar de viviendas en 1955. La barriada de Las 300 mantiene el yugo y el haz de flechas en los rótulos originales de las calles, y la impronta del sindicato en los números de las casas. Asimismo, el lateral del edificio del Ministerio de Trabajo, en plena avenida Primo de Rivera, conserva el mayor de los emblemas franquistas. Y en diversas viviendas continúan las placas del Ministerio de la Vivienda con idénticas marcas.

La asociación pone especial énfasis en el traslado de la Cruz de los Caídos al cementerio, un compromiso que, recuerda, fue adoptado en un pleno de diciembre de 2004, con Saponi como alcalde, cuando se aprobó por unanimidad una propuesta de IU que pedía la remodelación de la Plaza de América con un monumento a la paz. "Nosotros no opinamos sobre qué se debe instalar en lugar de la Cruz, pero consideramos que sería conveniente un símbolo positivo para todos, que no divida. No queremos crear ninguna confrontación", subraya el profesor.

En este sentido, y frente a quienes consideran que la época de la Guerra Civil no debería ser ya objeto de esta atención, el historiador afirma que "las heridas realmente se cierran si se curan y si se conocen". Explica que continuamente recibe peticiones de personas de distintos puntos del país cuyos familiares fueron represaliados en Extremadura y "necesitan saber qué ocurrió", sobre todo porque "muchas de estas familias tuvieron que marcharse". "Nadie está pidiendo cuentas de nada, pero ellos necesitan saber", insiste.

Por esta misma razón, Amececa solicitó durante su encuentro en el ayuntamiento otras medidas: creación de una oficina municipal de atención a los familiares de las víctimas de la represión franquista en Cáceres (los procesos son muy complejos y costosos), creación de un espacio de memoria en la antigua cárcel provincial de Cáceres, fomento de la investigación histórica dedicada al estudio de la represión en la ciudad, colocación de una placa en el ayuntamiento donde se indiquen los nombres de los concejales asesinados, colocación de otra placa con los trabajadores municipales que también perdieron la vida durante aquella etapa, y nombrar una plaza o calle que recuerde a los cacereños enviados a campos nazis. Según Amececa, una posible denominación sería 'Cacereños víctimas del holocausto nazi'.

El colectivo afirma que Laureano León les comunicó su conformidad con la eliminación de los nombres del callejero y con el correcto mantenimiento del Monumento Memorial en el cementerio, y se comprometió a averiguar si el ayuntamiento tiene alguna competencia en la antigua cárcel provincial para crear un espacio de memoria cuando se reabra con los fines que se decidan en su momento.

SUPRESION DE PLACAS Sobre la retirada de los símbolos franquistas, Laureano León aceptó iniciar la retirada de las placas del antiguo Instituto Nacional de la Vivienda que tienen algunos edificios. "En cuanto a la Cruz de los Caídos, nos apuntó su complejidad y la necesidad de someterlo a estudio", revela José Hinojosa. Asimismo, Laureano León manifestó su intención de analizar el resto de propuestas y dar una respuesta mediante contactos periódicos e intercambio de información.

En realidad, lo que Amececa solicita es la creación en el ayuntamiento de un grupo de trabajo con las personas que se consideren oportunas para abordar estas y otras propuestas futuras, "un grupo en el que pudiéramos estar o no, lo importante es que las decisiones se tomen de ese modo", matiza el profesor. Esta petición no ha encontrado el apoyo esperado, pero sea como fuere "hacemos una valoración positiva de la reunión con el ayuntamiento, pues hemos apreciado interés y deseo de colaboración por el segundo teniente de alcalde", concluye.