Incombustible, noctámbulo y reivindicativo. Javier Arroyo volverá al escenario del Gran Teatro el próximo día 14 para presentar Sur mira al sur , su segundo trabajo con El Lusitania Jazz Machine, la banda de media docena de músicos de distintas procedencias con la que ya grabó Milho verde . "Es un disco redondo", afirmaba ayer satisfecho en la presentación del disco el compositor vallisoletano que, con 55 años, lleva más de media vida afincado en Cáceres.

Con ilustraciones y diseño de su hija Teresa, Javier Arroyo reúne en una docena de temas grabados en directo su visión de la vida en las pateras, la explotación infantil, la amistad o la pasión. La apuesta por el jazz moderno y fusionado con otras músicas de esta formación se atreve incluso con una versión africana de la canción A cántaros , del extremeño Pablo Guerrero.

Arroyo pretende recrear la figura de un náufrago que, aunque parezca muerto durante el trayecto, consigue llegar vivo a una playa. "Soy una persona sensible a esas situaciones. Vivimos fenomenal en comparación con muchísima gente. No me olvido de los que se están ahogando en el Mediterráneo", explica el músico, defensor del formato tradicional en cd por encima de las descargas en internet. "Me gusta manosear los discos de mis amigos", afirma el autor, convencido de que ni este soporte ni el libro "se acabarán nunca".

Además de en la capital cacereña, Sur mira al sur se presentará el próximo 11 de diciembre en el cine Juventud en Hervás. Arroyo firmará discos hoy en Boxoyo Libros, Musikola y Cañadul y mañana ofrecerá una presentación con un piano en vivo en el Foro de los Balbos a las 13 horas.

En el disco se incluyen, entre otros, los agradecimientos a la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León y al proyecto Interreg III A Cooperación Transfronteriza España-Portugal.