Javier Ruibal es la voz de la experiencia. El cantautor gaditano lleva más de treinta años recorriendo escenarios y se pasea como pez en el agua entre el verso y el sonido. Esta tarde visita el Gran Teatro cacereño (20.30 horas) para presentar su último trabajo ‘Paraísos mejores’, un disco en el que viaja a la nostalgia, tiende una mano a África y despacha tanta crítica como ternura. Las entradas cuestan 24 euros.

-En este nuevo trabajo habla de anhelos y esperanzas, habla de la aceptación, de los emigrantes. Vivimos un tiempo convulso, ¿es necesario reivindicar esa esperanza más que nunca?

-La esperanza hay que tenerla y no perderla, lo que hay que hacer es reclamar que no nos la arrebaten. Respeto, tolerancia y mucha educación son los elementos que nos pueden ayudar en esa dirección, sobre todo ahora que ha prendido la mecha de la falacia «inmigración es igual a delincuencia». Son discursos siniestros e interesados para que la gente se encierre en sus cuatro símbolos y se cubra de miedo.

-También habla de los políticos. Vox ocupará doce escaños en Andalucía, ¿qué le sugiere esto?

-Las ideologías han caído en el descrédito debido a mucha demagogia y una mano muy larga que se cuela en la caja pública por descontrol y abuso de confianza. Eso desacredita a los políticos enzarzados en cuotas de poder y en perpetuarse en el oficio, mas que en demostrar una eficacia real en cuanto a solucionar dificultades a la gente. Y ahí es donde entran a manipular los extremistas excluyentes, antifeministas, racistas y violentos. Todo esto me sugiere que si el ser humano no cambia hacia adentro muy difícilmente puede cambiar aquello que está mal en su metro cuadrado más inmediato.

-En este disco Tito Muñoz también compone y Juan Luis Guerra pone alguna voz, ¿cómo ha sido el proceso para darle forma a todo el conjunto?

-Tito Muñoz escribe conmigo en tres canciones y me regala su maestría de poeta y autor de canciones. Juan Luis Guerra. Al que admiro muchísimo se brinda generoso a cantar conmigo una de esas canciones que bien podrían ser de su autoría o de la mía. Hay mucha conexión ahí entre sus modos y los míos. Otros invitados como Chico César, Glazz o Fetén Fetén. La producción y demás ideas son fruto de la creatividad de Javi Ruibal, mi hijo, . Además de tocar baterías y percusiones es autor de arreglos junto a Jóse Recacha, su socio en la banda Glazz. Para mi ha sido un paseo placentero gracias a la entrega y el talento de ambos.

-Más de 30 años en la música y Premio Nacional de Núsica en 2017, ¿siempre ha tenido claro el camino a seguir?. Un cantautor siempre vive en una realidad paralela a la industria, ¿no le han llegado a interesar las masas?

-Siempre supe lo que no quería hacer más que tener una visión clara de adonde quería llegar. Todo lo que al final he hecho ha sido fruto de la experimentación y he puesto cuidado en no hacer cosas sin alma. La industria atiende a un sector del público que no transsita por nuestras propuestas creativas. He creado mi propio sello ‘Lo Suyo Producciones’ desde el que trabajo con absoluta independencia y no me duelen prendas. Creo estar comprometido con tratar el verso sin perder la referencia de la poesía española de todos los tiempos. Y en la música soy leal a los que la ejercen con esmero y excelencia.

-¿Qué les depara a los cacereños que se acerquen al concierto?

-Ya canté en el Gran Teatro hace unos años en compañía de Wyoming, Javier Krahe, Pablo Carbonell y Pepín Tre en una experiencia de lírica y burla que recuerdo como muy agradable y divertida. Esta vez vuelvo en formato de trío con José Recacha a diferentes instrumentos y con Javi Ruibal a la batería y percusiones. Creo que ‘Paraísos Mejores’ es un disco ecléctico, con múltiples facetas sonoras. Hay historias donde se juntan ternura y humor socarrón. ‘La Gesiha Gitana’, de crítica a la soberana soberbia y ridiculez de los políticos, ‘Cuenta conmigo Compadre’, de emocionantes historias de amor ‘Mi bella navegante’, reflexiones sobre el fin del mundo. Reivindico en ‘Black Star Line’ el derecho a de respeto para los pueblos de África e incluyo una versión de ‘Perla de la medina’ cantando en árabe para el mundo árabe al que se demoniza globalmente como violento cuando sabemos que no es así.