La plaza de san Jorge se llenó de nuevo en la noche del domingo de sonoras carcajadas e inteligentes risas, al contemplar una comedia-ballet, con algún tinte trágico, como contraste. En El enfermo imaginario de Molière se parodia a los interesados e ineptos galenos, cuyos enfermos se curarán por el tiempo, que todo lo arregla, pero no por sus desacertados remedios.

El protagonista, un recalcitrante y empedernido hipocondríaco, que siempre creía estar enfermo, lo bordó admirablemente Fernando Aguado, muy bien asistido por su graciosa criada y también directora de la obra, Eva del Palacio, además del meritorio elenco, capitaneado por el parodiado doctor Alejandro Llorente. Los abundantes gags brotaban de las histriónicas situaciones, que arrancaban intermitentes aplausos y constantes risotadas.

Además de dicho tema central, plantea el asunto de la época: meter a la hija en un convento si no acepta al novio impuesto por su padre, cediendo ésta al fin por un claro interés y también para liberarse de la agobiante familia. Igualmente subyace otra tesis como es que la enfermedad es el mayor negocio para los parlanchines médicos y para los negociantes de la farmacia.

En el último acto destacó por simpática la escena en la que el enfermo hipocondríaco se hace el muerto para comprobar si de verdad le quiere su esposa o es una egoísta; así como la concesión del título de médico que le dan al enfermo desde una universidad donde amañaron los exámenes: clara alusión satírica al reciente y escandaloso tema de los Máster, escena muy aplaudida, así como otras desenfadadas críticas a algunos vicios y defectos humanos.

Gustaron mucho los coloridos trajes de época que ayudaban a una muy buena caracterización y a la excelente interpretación de tan selecto elenco, que lucieron unas muy rítmicas coreografías, bien orquestadas por el piano, el laúd, la viola y el clarinete. Con este hermoso y cuidado montaje la buena Compañía Morboria nos ha vuelto a sorprender muy gratamente, pues ha hecho las delicias del público cacereño totalmente entregado a reírse y aplaudir con fervoroso entusiasmo..