Más de 800 participantes de España, Cuba y Brasil se dan cita desde ayer en Cáceres con motivo de la celebración de las jornadas de convivencia Mariápolis 2011, que se prolongarán hasta el próximo viernes día 5. Este evento, que está organizado por el movimiento de los Focolares, también denominado Obra de María, fue inaugurado ayer en el auditorio del complejo cultural San Francisco. El acto contó con la participación de la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, y el obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, Francisco Cerro. Los asistentes a estas jornadas participarán durante los próximos días en actividades como conferencias, mesas redondas, debates y talleres sobre diversos temas de actualidad como la comunicación en pareja, entre padres e hijos o las redes sociales, siendo el fomento de la convivencia el nexo de unión.

Tanto la alcaldesa como el obispo se mostraron muy satisfechos con la celebración de las jornadas. La regidora cacereña hizo hincapié en la importancia que en este encuentro se dará a las redes sociales como elemento "de transmisión de valores en pleno siglo XXI".

Por su parte, Cerro, que recordó que participó en este movimiento en su juventud, destacó la labor que realizan los Focolares, con cuyos valores aseguró que se siente identificado.

La celebración de estas jornadas se remontan al año 1949 en Italia y después se celebraron en otros países. En España tiene su origen en la década de los sesenta. Barcelona, Sevilla, Bilbao o Cuenca son algunas de las ciudades que han albergado este evento religioso, la última fue Huesca el año pasado.

La delegación de Andalucía y Extremadura es la encargada de organizar Mariápolis 2011. "Hemos elegido Cáceres porque nos parece una ciudad digna de visitar y sobre todo porque parece casi predispuesta a acoger esta experiencia", según se afirmó ayer desde el comité de organización, que también destacó que estos encuentros son "una experiencia de fraternidad con un diálogo verdadero basado en los principios de cada uno".

Mónica, mejicana de nacimiento y afincada en Marbella, es la primera vez que participa en Mariápolis y con ella también han venido sus dos hijos pequeños. "Creo que estas jornadas nos ayudan tanto a mí como a mis hijos a crecer como familia", afirmó.

Estos encuentros también atraen a muchos jóvenes. Es el caso de Inma y Míriam. Estas dos chicas granadinas asisten a Mariápolis desde que eran pequeñas. "Nos llama mucho la atención el movimiento y su dinámica", aseguraron. Al igual que ellas, otra joven, Ana, concibe las jornadas como una actividad indispensable en su calendario de verano. "Soy de Valencia y llevo toda mi vida viniendo a Mariápolis. Lo que más me engancha es la gran participación de jóvenes y que siempre salgo cien por cien renovada". .