La jornada de ayer, quinta de la XXIV edición del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, estuvo dedicada por completo a los jóvenes talentos, que tomaron decididamente las riendas del festival. Por la mañana, la Banda Sinfónica del Conservatorio ofreció un ameno concierto al aire libre demostrando sus capacidades. Por la noche, la primera promoción de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura (ESAD) representó en el Gran Teatro la primera de las cuatro obras preparadas expresamente para este certamen.

Los músicos del conservatorio se acomodaron con sus instrumentos en el parque de Calvo Sotelo, entre los asistentes, en lugar de hacer uso del escenario. Su actuación, con piezas alegres para animar la jornada dominical, pudo con el mal tiempo y reunió a un público muy numeroso de principio a fin.

Horas después, Nuria Ayuso, Rubén Lanchazo y Pablo Mejías, dirigidos por Marisol Díaz, todos ellos alumnos de la ESAD, pusieron sobre la escena del Gran Teatro (acceso libre) la obra titulada El reloj de Itaca , inspirada en el mito de Penélope y Ulises. La escuela ofrecerá su segundo montaje, Cruzadas , el próximo jueves, jornada en la que se reactivará la agenda del Festival de Teatro.