Desvalijan pisos para llevarse joyas, dinero y ordenadores. Los cacos que habían dado golpes en el R-66 antes de los recientes en el Zigurat tenían este objetivo, aprovechando que los vecinos habían salido para destrozar las puertas de entrada a las viviendas. La rapidez con la que actúan pone de manifiesto que los ladrones saben que disponen de un tiempo limitado, ante el riesgo de ser descubiertos por algún vecino del inmueble.