Juan Bazaga es un nombre sobradamente conocido en la región: vicepresidente de la Junta de Extremadura en 1882, consejero de la Junta preautonómica en los años 70 y 80, vicepresidente de la diputación de 1971 a 1979, y teniente alcalde de Cáceres de 1962 a 1983. Su experiencia le permitiría abordar múltiples ámbitos, incluso tomarse un respiro como premio a tantas responsabilidades, pero Juan Bazaga quiere seguir en activo y ha elegido un área que gana peso día tras día: los derechos del consumidor.

--¿De dónde viene su inquietud por defender al usuario?

--De mi propia inquietud social. En 1985 ya colaboré en la fundación de esta asociación con el que ha sido amigo y presidente hasta su reciente fallecimiento, Santiago Márquez Broncano. En febrero tuve que asumir la presidencia. Cuando vienes de la política te das cuenta de las carencias que tienen los servicios al consumidor en distintas administraciones y en el ámbito privado (talleres, comercios...). Al menos yo entiendo que es necesario proteger este área para mejorar al mismo tiempo los derechos del usuario y el rendimiento de empresas y Administración.

--¿Hay tanto por hacer?

--Sí, nuestra función es la de formar, informar y defender al usuario. Hay tarea por delante.

--¿Los cacereños levantan la voz? ¿Se quejan más, menos...?

--No, el cacereño por regla general es conformista y no suele quejarse, salvo excepciones. Se ve algún cambio, pero lento.

--¿Cuáles son las principales quejas que les plantean los consumidores de esta ciudad?

--Sobre todo las relacionadas con la telefonía: servicios de fijo y móvil, malestar con las compañías, instalación, demora en las altas, falta de información, lentitud en el servicio, ofertas... Le sigue la vivienda, sobre todo por las calidades, retrasos en los plazos, vicios ocultos... También destacan las reclamaciones contra reparaciones en talleres de todo tipo: electrodomésticos, automoción o averías del hogar. El año pasado registramos más de 2.200 quejas, un número elevado frente a las 1.300 del 2003.

--¿Funcionan las instituciones?

--En general están mejorando.

--¿Y los servicios públicos?

--Recibimos varias reclamaciones contra las eléctricas por cortes en el suministro y la dificultad de que paguen los daños. En cuanto al abastecimiento de agua, no registramos quejas. Sí hay malestar en el sector del gas por reparaciones y revisiones, ya que existe mucho intrusismo y empresas cuya sede social está en otras ciudades. La gente tiene problemas a la hora de reclamar.

--¿El sector privado?

--Ha mejorado mucho la calidad de sus servicios, pero todavía existe diferencia frente a zonas más industrializadas. Aunque la mentalidad del empresario ha evolucionado bastante y la atención al cliente ha ganado enteros, todavía hay negocios obsoletos. Lo que ocurre es que Extremadura ha partido de cero, y aún así hemos avanzado mucho.

--¿Las estafas más curiosas?

--Las telefónicas han bajado bastante. Ahora se repite una práctica que no es propiamente estafa, pero la gente se siente coaccionada. El ciudadano recibe un aviso, recoge un paquete en Correos y se encuentra un regalo. A los pocos días esa empresa le envía un comercial para que compre otras cosas, y en cierto modo se cree obligado a hacerlo. Otro caso: te piden los datos para mandarte por ejemplo un anillo gratuito, y cuando llega el paquete incluye un collar que deberías pagar.

--¿Cuáles son los proyectos de la asociación en su nueva etapa?

--Pondremos a disposición del público un servicio telefónico de número corto para recibir quejas a través del móvil o el ordenador, anónimas o no, porque no todos los ciudadanos se atreven a denunciarnos una estafa por vergüenza. Lograremos dos objetivos: investigar el hecho y comunicar los defectos y anomalías a empresas y organismos, de modo que puedan corregirlos para su propio beneficio.

También queremos abrir más sedes de la asociación en comarcas de Cáceres y Badajoz, y estamos preparando una hoja divulgativa con los casos más destacados de cada mes.

--¿Cuántos socios tiene Acuex?

--Actualmente somos más de 1.600 socios. Nuestras oficinas están abiertas a todos, socios o no, y aconsejamos qué hacer. La diferencia es que el asociado puede utilizar la asesoría jurídica de nuestra asociación. Un 70% de los casos se solucionan cuando llamamos a la empresa, y muy pocos terminan llendo a juicio.