Cáceres, 20-8-1971. Director Comercial de una de las cadenas de tiendas Yoigo. Lleva 340 tiendas a nivel nacional.

--Es uno de los muchos cacereños que trabaja en Madrid. ¿Qué tal te va?

--Pues la verdad que muy bien. Madrid, muy al contrario de lo que a veces se puede pensar, es una ciudad increíble, llena de cosas que ver y que hacer y sobre todo llena de gente de todas partes que te hace sentirte un madrileño más inmediatamente.

--¿Qué echa de menos de Cáceres?

--Aunque voy muy a menudo, se echa de menos a la familia, una pachanga de basket con los amigos, el tener a mano un paseo tranquilo por la parte antigua o una tarde de footing al santuario de la Virgen.

--¿En qué cree que ha cambiado fundamentalmente la ciudad desde que se marchó hace casi 20 años?

--Creo que se ha avanzado en muchas cosas, el crecimiento y desarrollo de su universidad, la explotación de nuestro patrimonio artístico, temas que sin duda, han hecho situarla en el "mapa", como la increíble y única ciudad monumental que es. Aunque creo tenemos que seguir trabajando, ya que todavía hay mucha gente que se "sorprende muchísimo" de lo bella que es nuestra ciudad . En la sociedad que vivimos, en donde la información está a un solo click de nuestro dedo, esto quizá signifique que aún no nos conocen fuera del todo bien.

--Ha trabajado durante este tiempo en el sector de las telecomunicaciones, ¿le ha afectado la crisis también?

--Claro, creo que esta crisis no ha dejado a nadie indiferente. Cierto es que mi sector es quizá de los más dinámicos y de los que por tanto, mejor ha aguantado las embestidas de esta odiosa situación. Las telecomunicaciones o, dicho de otro modo, el estar en cualquier momento y en todo lugar conectado se ha convertido en un bien de primera necesidad y casi nadie imagina no poder contar con su smartphone o su tablet en cada instante.

--¿Qué recuerda de su etapa de baloncestista profesional?

--Muchísimas cosas, sin duda una etapa importantísima de mi vida. Tuve la suerte de vivir la revolución que supuso en la ciudad el ascenso del Cáceres a la ACB y el increíble día en que la ciudad se echó a la calle para celebrar que no perdimos la categoría. A mitad del siguiente año me fui a otros equipos, en donde aprendí y experimente un sinfín de buenas experiencias.