Juan Manuel Olarieta (Bilbao, 1955) es licenciado en Derecho y Ciencias Económicas. Como resume la página web de la Universidad Complutense, desde 1979 ha defendido a represaliados políticos y presos sociales, lo que le ha llevado a la cárcel en diez ocasiones. También es conocido por ser el abogado de algunos miembros de los Grapo. Ayer ofreció una charla sobre la guerra en Siria en la Facultad de Formación del Profesorado en Cáceres.

-¿Cómo es esta guerra?

-La guerra de Siria es un conflicto internacional, no es una guerra interna, lo que sí es cierto es que hay grupos muy minoritarios dentro de Siria que se han prestado a hacerle el juego a esas potencias. El problema de Oriente Medio, como dice Martínez Montávez, un experto en este tipo de cosas, hay que analizarlo siempre desde un contexto local, en este caso Siria, un contexto regional, Oriente Medio, y desde un contexto general o internacional. Si se pierde de vista cualquiera de estos tres factores, no se entiende la situación.

-¿Podemos decir que Siria es un tablero de ajedrez?

-No es un ajedrez, pero es una pieza del ajedrez.

-¿Y cuál sería el tablero?

-Oriente Medio.

-¿Cuál es la causa de este conflicto?

-La causa es que las grandes potencias, a diferencia de hace cien años, tienen que controlar la situación a través de aliados en el terreno, Israel, Arabia Saudí y los países del golfo. Esos aliados son cada vez menos influyentes y se han perdido otros aliados fuertes, como fue el sha de Persia tras la revolución de Irán de 1979. Eso ha provocado una situación de debilidad de las grandes potencias en Oriente Medio y a medida que se han venido abajo, ha habido otros países que han resurgido y que son capaces de desarrollar una política independiente, que son fundamentalmente Irán y sus países aliados, como Siria, que era un país que antes de la guerra crecía a un nivel del 8 por ciento anual, que estaba teniendo un auge económico muy importante, que va en contra de las grandes potencias que lo que necesitan es sumisión militar, diplomática, política y económica.

-Y, ¿cómo valora la ruptura del acuerdo nuclear de Estados Unidos e Irán que anunció el pasado martes Donald Trump?

- Es una auténtica aberración, los acuerdos están para cumplirlos.

-Usted es abogado, licenciado en Derecho, ha hablado en alguna ocasión del poder de los jueces…

-¿Del poder o de la falta de poder?

-¿Cree que les falta poder a los jueces?

-Teóricamente, el poder judicial es un poder del Estado, el problema que tienen los jueces no es tanto un poder como una falta de poder, o más bien una sumisión al poder. El Estado no se divide en poderes, es único, ellos forman parte de ese Estado y es muy difícil separar, sobre todo en un juez concreto, su carácter de funcionario público con problemas que conciernen al propio Estado, como se ha visto en Cataluña, por ejemplo.

-¿Quiere decir entonces que los jueces en Cataluña están actuando según lo que quiere el poder central?

-Sí, pero tampoco es necesario que a un juez le den instrucciones de cómo dictaminar determinado tipo de sentencias, como se ha visto en el caso de La Manada. Es que el concepto de la independencia de los jueces es como si quisieras sacar al pez fuera de la pecera, del agua, no es posible, el juez está dentro, es un funcionario del Estado. Y lo que ha ocurrido en Cataluña, por ejemplo, es que se han cerrado 150 páginas web y no ha habido ningún solo juez que haya dictado la más mínima decisión a contracorriente de lo que es la política dominante dentro del Estado central. Eso es muy curioso, ni siquiera allí en Cataluña.