La operación de la recalificación de la parcela de las Carmelitas tiene tres jugadores y dos árbitros. Los protagonistas son la congregación de religiosas, la sociedad Estudios Urbanísticos y Medioambientales y El Corte Inglés. Y la decisión sobre el futuro de la parcela del colegio corresponde al consistorio, en una primera fase, y a la Junta, en su tramitación final.

El acuerdo, según lo presentado al ayuntamiento, pasa por compensar a los dueños del terreno, que es de las Carmelitas, con lo que paga El Corte Inglés por el suelo y lo que aporta la sociedad que promoverá los pisos y los usos terciarios, que es la que adquiere la mitad de la parcela a la congregación de religiosas, vendiendo una parte a El Corte Inglés, la esquina de San Pedro de Alcántara con Virgen de Guadalupe, y quedándose con el resto para la promoción de viviendas y otras utilidades con fines lucrativos.

Lo que se ha propuesto en el convenio que se ha presentado al ayuntamiento y que servirá de base a la modificación puntual del plan general de urbanismo es que las Carmelitas se queden con 5.000 metros cuadrados de superficie para edificar un nuevo colegio. El resto se repartiría entre el solar que ocuparía El Corte Inglés, con 3.200 metros cuadrados; los usos terciarios, en los que entran oficinas, hotel y hasta comercial, con 800 metros; y los usos residenciales, con 1.700 metros cuadrados en la esquina de Santa Joaquina de Vedruna con Virgen de Guadalupe, donde también entrarían utilidades terciarias.

Todo esto necesita de una modificación del plan de urbanismo, que ahora sólo autoriza el uso docente con el colegio, y debe aprobarlo el consistorio y la Junta. La edificabilidad actual en la parcela se multiplicaría por siete, y ese incremento obliga a una cesión de espacios libres (por cada 100 metros cuadrados edificables en zonas de uso residencial es de 35 metros cuadrados de superficie para espacios libres). Esto no se puede cumplir en la parcela, por lo que se ofrecen 2,5 millones al ayuntamiento.