Adriana se ha olvidado por un momento del gotero que le inmoviliza el brazo izquierdo. Tiene 4 años. El suero intravenoso y el pijama azul que cubre su cuerpo diminuto dicen que está enferma. Frente a una cocinita de juguete prepara platos imaginarios que, aunque fueran de verdad, no podría comer porque sufre una gastroenteritis que obligó a hospitalizarla el martes en la Unidad de Pediatría del San Pedro de Alcántara.

Esta mañana, sin embargo, ni ella ni el resto de los 18 niños internados en el centro hospitalario se acuerdan de los pinchazos, los dolores o de que están en el hospital. Desenvuelven decenas de juguetes que el Sport Club Sottoterra ha donado a la ciberaula de la Caixa, una estancia donde los pequeños ingresados continúan sus clases, juegan o navegan por internet y se aislan como en una burbuja de la enfermedad. "Aquí se olvidan dónde están, no les duele nada y anímicamente les viene fenomenal", asegura Soledad Paniagua, supervisora de Pediatría.

Puzzles, balones, juegos de mesa, bolos o ping-pong, coches y demás juguetes alegrarán un poco la estancia hospitalaria de estos niños gracias al pequeño pero significativo "gesto de solidaridad" de esta empresa, en palabras de uno de sus gerentes, Angel Santos, que junto a su socio Juan Eloy Fernández y la subdirectora del centro deportivo, Fátima Agúndez, entregaron ayer los juguetes al aula. "Es un granito de arena, pero creo que todos debemos aportar un poquito para ayudar a los demás aunque sea una vez al año en Navidad", valoró Santos.

La ciberaula del hospital abre todos los días para los pacientes de 2 a 14 años que permanecen ingresados. Por las mañanas, dan clases con una profesora aquellos que están escolarizados y por las tardes dos voluntarios les procuran entretenimiento para hacerles la estancia más amena. Y mañana un espectáculo de magia organizado por el hospital contribuirá al mismo fin. Con razón afirma la madre de Adriana, Vanesa Trejo, que después "no quiere volver a casa".