Llega la Navidad y, con ella, uno de los momentos más esperados por los pequeños: el día de los regalos. Los tradicionales dejaron hueco bajo el árbol hace años a las consolas, los videojuegos y otros aparatos tecnológicos como tablets o móviles multimedia. Pero todavía hay negocios que luchan por invertir esta tendencia y apuestan por nuevos conceptos y por los juguetes que han pasado por varias generaciones de niños.

‘Tiéndula’ abrió en diciembre de este año. Su apuesta: juguetes artesanos que estimulen la creatividad y que fomenten la inteligencia. Lo explica María Molina, una de sus responsables. «Muchos padres se han dado cuenta de los problemas de adición que generan las videoconsolas», afirma. Por eso algunos de los juguetes estrella de su negocio para las navidades son juegos corporativos; juegos de mesa en el que todos los participantes reciben una tarea en común.

Eurekakids abrió sus puertas en abril pasado, y vive su primera campaña de Navidad, también propone juguetes tradicionales. «La gente ha empezado a comprar regalos esta semana. Pero esperamos que vaya bien», explica a este periódico Soraya Martín, responsable del negocio. Afirma, además, que la oferta por los juguetes tradicionales sí tiene tirón en la ciudad. «Entre lo que más esperamos vender: las manualidades y los vehículos».

En la misma línea se expresa Bárbara Díaz, trabajadora de Anúmbara Espacio Solidario, de la oenegé Soguiba, que echó a rodar el noviembre del 2015 y que vive, por tanto, sus segundas navidades. «Lo que más funciona son los juguetes de madera y los educativos. Aunque la gente aquí también suele escoger libros de segunda mano», manifiesta Bárbara. También se diferencia de otras tiendas en la designación de su regalo estrella: un gran castillo fabricado con cartón reciclable.

Selegna Juguetes también apuesta por los vehículos en miniatura de siempre, aunque con un detalle actual: la venta por internet. «El mundo de la red es muy complicado y hay que competir con grandes empresas», explica Julio, uno de sus dueños. Y finaliza. «Lo que más notamos en Navidad es la desesperación de la gente buscando reglaos a última hora».