Los cacereños hemos recibido una noticia que no por esperada deja de causarnos desasosiego. El alcalde y un concejal han de pasar por el juzgado. Es una pésima noticia pues lo último que un ciudadano desearía para su alcalde es esto.

Puesto que los ciudadanos carecemos de datos para pronunciarnos, sólo nos queda desear que Saponi y su concejal sean capaces de aportar las pruebas necesarias para que el juez les exonere de todo cargo y la cosa quede en susto. No obstante, debe servir para que la soberbia de algunos, la impericia de otros y la osadía de los ineptos se controle y de paso a acciones y decisiones más meditadas.

Un compañero de partido, en un acto de chulería, aseguró estar dispuesto a compartir pena con el concejal acusado, pues estaba seguro de la legalidad de sus decisiones. Por ahora no se le ve dispuesto a compartir ni el banquillo. El compañerismo mal entendido no es sólo propiedad de los estudiantes. Los políticos lo practican y sus resultados, como se ve, pueden ser muy dolorosos. ¿No hubiera sido mas oportuno invitar al concejal a rectificar? Lo de sostenerla y no enmendarla es una práctica corriente en política, pero de sus malos frutos pueden dar fe algunos.

Algo nos reconforta. Esta situación no se debe a una acusación de un partido político. O sea, que de momento la vida política municipal no está judicializada, ¡qué alivio!