Los vecinos de la nueva urbanización del Junquillo denuncian que la policía les multa por salir a pie desde su barriada. Lo hacen atravesando la carretera, la N-521, pero es que ese es el único acceso que poseen para llegar al centro de la ciudad desde su barriada sin usar el coche. La vía carece además de arcenes homologados para el tránsito de peatones, pero de no cruzar por ahí se quedarían aislados, ya que tampoco cuentan con una línea de autobús que les transporte hasta su ciudad.

Salir de casa sin coche a hacer cosas tan habituales como es la compra se ha convertido para ellos en un importante riesgo, ya que se exponen a cruzar por una carretera en la que se concentra una rotonda y en la que los vehículos circulan a gran velocidad. A ello se une el riesgo de ser multados, ya que no está permitido el acceso de peatones por estas vías. El concejal de Seguridad en el Ayuntamiento de Cáceres, Valentín Pacheco, afirma no tener constancia de si las multas existen o no, pero añade que "el problema del acerado es algo que el ayuntamiento quiere arreglar, y está llevando a cabo medidas para ello".

Según explica Pacheco, el consistorio aprobó el pasado 3 de junio una medida para la modificación del presupuesto por la Comisión de Hacienda y Patrimonio para emplear 269.971 euros, que provienen de la baja que se produjo con la adjudicación de las obras de las naves Cife con la que se ahorraron cerca de 340.000 euros, en la construcción de los acerados que conecten a la barriada del Junquillo con la ciudad a través de la N-521. Dicho proyecto incluye además la instalación de una marquesina en un anexo a la carretera. En concreto por el Junquillo pasará la Línea 9, antes de desviarse hacia Macondo. La idea es que el bus llegue en el mes de septiembre, según indica el ayuntamiento, después de que finalicen las obras del nuevo vial de Cáceres el Viejo. También se instalará una red de alumbrado público en el tramo, similar al existente en el interior de la urbanización y en la rotonda de Carrefour.

INDIGNACION Los vecinos con los que ha podido hablar este diario han mostrado su indignación por la situación que sufren y achacan los problemas a un fallo en el plan urbanístico, que fue aprobado sin contemplar estos inconvenientes que se atribuyen al barrio. Añaden que las personas salen por la rotonda con niños para realizar sus compras en el supermercado, con el peligro que eso conlleva.

Además, desde el ayuntamiento se afirma que se está realizando "un esfuerzo para paliar los problemas que se generaron con unas viviendas que fueron realizadas por el gobierno socialista" y por tanto los problemas de planificación dicen no ser del gobierno actual. Además, ante las protestas de los vecinos respecto a otros problemas de la urbanización, como la falta de lugar donde dar la vuelta con el coche en la avenida que cruza la barriada, el ayuntamiento asegura que no se contempla ningún cambio en los viales del barrio. Los vecinos, cansados de la situación, piden que se solucione cuanto antes este problema, pues la nueva urbanización contará dentro de poco con 2.500 habitantes que tendrán la necesidad de comunicarse con Cáceres.