José Luis Quintana, consejero de Fomento, habló ayer del nuevo plan de urbanismo, cuya aprobación final depende de la Junta. El consejero estuvo en la ciudad para visitar las obras de la urbanización del Junquillo. Quintana dio a entender con sus manifestaciones que desarrollar el plan no será posible sin que antes se introduzcan cambios en el documento. No especificó cuáles, pero sí cuestionó dos ideas que son fundamentales en el nuevo plan: la obtención de grandes áreas de zona verde en Montaña y Sierrilla y que en el plan se considere de prioridad uno el desarrollo de más de 33.000 viviendas.

El nuevo plan de urbanismo establece once nuevos sectores de viviendas que califica de prioridad uno. De estos once sectores hay cinco ordenados (con las calles, las manzanas, las parcelas dotaciones...) que serían los primeros a ejecutar. Los once sectores, apuntó el consejero, suman más de 33.000 viviendas. "Con esto, desde luego, no está garantizada la sostenibilidad en el desarrollo de Cáceres", indicó.

600 HECTAREAS En cuanto a los sistemas generales de la Montaña y la Sierrilla (en este caso son espacios que pasarían a ser públicos para que se destinen a zonas verdes), Quintana precisó que su gestión por el consistorio es "imposible" porque se está hablando de 600 hectáreas.

La previsión de pisos en sectores de prioridad uno y la obtención de suelo en Montaña, principalmente, y en Sierrilla están muy vinculados en el plan.

La obtención de ese suelo verde influye en la cantidad de pisos que se propone y en el aprovechamiento medio de cada sector residencial. Como en la Montaña no se edifica, lo que plantea el plan es que a efectos de compensar a sus propietarios por dar su suelo al ayuntamiento se considere su terreno como si fuese urbanizable (con un aprovechamiento lucrativo), llevando ese aprovechamiento a los nuevos sectores donde sí se harán pisos (detrás de la estación, la zona del ferial, al norte de Mejostilla...). Es decir, se les compensaría con los beneficios que se sacarían al desarrollar esos sectores con pisos y otros usos como los terciarios (comercios, oficinas, hoteles...).

Al cuestionar Quintana ambas ideas, se pone en duda la cantidad indicativa de pisos y con ello las prioridades y las densidades por hectáreas. Al consejero no le cuadran tantas casas para desarrollarse a un medio plazo.

Lo mismo ocurre con las zonas verdes. En este caso Quintana aludió a que la cifra media de sistemas generales (espacios libres-zonas verdes) por habitante que establece la Ley del Suelo es de 5 metros cuadrados, mientras que, según indicó, el nuevo plan contempla 24 en "la prioridad uno", recordando sobre todo que un ayuntamiento medio como el de Cáceres no podría asumir la gestión de 600 hectáreas.

No obstante, en esta cuestión hay otros parámetros, como el de la OMS, que fija de 10 a 15 metros de zona verde por habitantes, y casos como el de Vitoria, con 23 metros/habitante.

Quintana sí aclaró ayer que la Junta no piensa ahora en rechazar el plan, ni en suspender su aprobación, sino en buscar con el ayuntamiento la solución para que el crecimiento de Cáceres sea "sostenible" y que se tenga un plan "posible de ejecutar". No concretó si el plan se devolverá al ayuntamiento, dijo que eso se verá cuando estén todos los informes, aunque, por lo comentado ayer, podría volver.

La duda que no se resolvió es qué efectos tendrá en la tramitación del plan los cambios que se podrían introducir, ya que si, como parece, son sustanciales, podría llevar a otra exposición del plan y aprobación por pleno.

Quintana aludió también a la falta del informe de la Confederación del Tajo y no se refirió a asuntos más concretos como Las Carmelitas o la cantera de Olleta.