Capitol vuelve a vislumbrar su reapertura. Con el año nuevo y tras sumar ya casi nueve meses con la persiana bajada sin ninguna propuesta --ni pública ni privada-- sobre la mesa, la sala se postula como futuro escenario para los estudiantes de interpretación de Cáceres. Según confirma a este diario la Junta de Extremadura, la Consejería de Educación negocia con los propietarios del icónico espacio, la fundación Fundos para que la Escuela de Arte dramático (Esad) de Extremadura devuelva la actividad a la sala y albergue ahí sus funciones.

En ese sentido, el gobierno regional detalla que hay «conversaciones» y el propósito es disponer del espacio el próximo curso aunque concreta que será «uso provisional». Aparte de las actividades de la escuela de arte dramático, la Junta pretende que la sala sirva también para acoger las funciones del Conservatorio Profesional de Danza mientras concluye la obra para su futura sede en la Universidad laboral. Según recuerda la Junta el proyecto de obra de la Laboral se encuentra ahora en el portal de contratación y desde que se adjudique la obra, el estudio de arquitectura dispondrá de un máximo de cinco meses para redactar el proyecto. Después de que tenga el ‘ok’ de los técnicos, la Junta pedirá la licencia de obras al Ayuntamiento de Cáceres, se licitará y si no hay ningún contratiempo la obra empezará en 2021.

En esa línea, la consejería concreta que una vez que termine esta obra y «esté funcionando el nuevo centro, se recuperarán espacios en la Esad, ahora usados por el conservatorio de danza, y en principio, se dejará de usar el emplazamiento provisional de la Sala Capitol». En última instancia, quiere dejar claro que «la actividad en el edificio de la plaza de San Jorge no se va a trasladar, sino que el propósito es disponer de más espacios y de un lugar de representaciones para ambas enseñanzas» durante este tiempo.

Si finalmente se materializa este acuerdo, el espacio reabrirá en septiembre de este año y mantendrá una línea continuista en cuanto al modelo original de la sala destinado al cine y al teatro y a la voluntad de los actuales propietarios, que se decantan por que el edificio siga manteniendo un enfoque exclusivamente cultural.

TEATRO Y LOCAL DE OCIO // Fue en el año 2018 cuando la sala Capitol reanudó la actividad después de tres años cerrada y lo hizo de la mano de los responsables de la escuela de teatro Maltravieso, Isidro Timón y Amelia David. Esa etapa solo duró un año y en ese tiempo mantuvieron una línea muy ligada a lo que hasta entonces había sido el edificio y la programación se sustentó en funciones teatrales, cine y actividades culturales. A pesar del esfuerzo, la baja respuesta del público cacereño y la falta de apoyo institucional condicionaron que Timón y David abandonaran su gestión.

La sala permaneció meses cerrada y en 2019 tomaron el testigo tres empresarios relacionados con el mundo de la hostelería cuya intención era darle otro enfoque más orientado al ocio nocturno. Paradójicamente, aunque los promotores ya tenían diseñada una programación para varios meses, este último proyecto jamás llegó a materializarse debido a que el ayuntamiento clausuró su actividad el mismo día de la inauguración porque el espacio carecía permisos para dispensar bebidas alcohólicas y organizar grandes eventos. En ese sentido, Urbanismo alegaba que la zona de la plaza Mayor, del mismo modo que Pizarro y La Madrila, es considerada ‘zona saturada de ruidos’ y no podía conceder más licencias de este tipo. Finalmente y tras trámites con los propietarios y la administración, los promotores abandonaron el proyecto alegando «falta de garantías».

En estos nueve meses, los dueños del inmueble, la fundación Fundos, cuya sede se encuentra en León, avanzó a este diario que estudiaban alternativas para reabrir el edificio. En cualquier caso, descartaban su uso para la hostelería porque la licencia del inmueble no contempla esa posibilidad y apostaban por el uso cultural. Fue en octubre cuando pusieron de manifiesto en declaraciones a este rotativo que su intención era que el edificio «estuviera al servicio de los cacereños» y revelaron que ya habían mantenido encuentros con el Ayuntamiento de Cáceres para contemplar nuevas opciones y que hasta el momento no habían recibido ninguna propuesta formal, ni pública ni privada, para la gestión del edificio, que data de finales de los 40 y con el tiempo se convirtió en un edificio emblemático para la ciudad. En los cincuenta y sesenta fue cine, más tarde sala de ocio nocturno y en los 90 la compró EspañaDuero --entonces Caja Duero-- y acogió todo tipo de eventos culturales hasta que cerró en 2015.