La Junta de Extremadura obliga ahora a modificar la obra de Alzapiernas y su entorno. La Dirección General de Accesibilidad y Centro ha elaborado un informe sobre las deficiencias que presenta la ejecución tras recibir una denuncia de Juan Carlos Caso, cacereño con discapacidad y portavoz de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos, que se quejaba porque la actuación no cumple con la normativa de accesibilidad ni con la ley universal. Según ha podido saber este diario el ayuntamiento tendrá que rectificar el proyecto, ya ejecutado, tanto de la calle Alzapiernas como de Sánchez Varona y Zurbarán, con el objetivo de que se ajuste lo máximo posible a la ley de accesibilidad universal.

La Junta ha remitido ya dicho informe al ayuntamiento y ha comunicado al denunciante que en los próximos días lo recibirá por correo ordinario. Tras analizarlo, el ayuntamiento detallará esta mañana en rueda de prensa cómo materializará esas modificaciones requeridas por el Ejecutivo autonómico.

La denuncia estaba basada en que la calle no es accesible. Primero porque la instalación de una escalera mecánica discrimina a las personas con discapacidad, ya que es imposible su uso en silla de ruedas. Tampoco es apta para personas con movilidad reducida la rampa construida en la parte superior de la calle y que da acceso desde Parras a los impares de la misma.

El denunciante, Juan Carlos Caso, se quejaba también de la reforma de Sánchez Varona, porque la cuesta tiene una pendiente del 17%, lo que imposibilita subirla y bajarla en silla de ruedas (la ordenanza de accesibilidad establece que tiene que ser del 6% longitudinal y del 2% transversal), y el suelo es resbaladizo. A esto se suma que la calle no tiene barandillas a ambos lados y que las aceras de Parras no cuentan con el ancho suficiente como para que por la misma circulen dos sillas de ruedas. Más de lo mismo en Zurbarán, donde la inclinación de la pendiente es del 8%. Tampoco cumple, según la denuncia de este cacereño.

No es el único problema de Alzapiernas al que se enfrenta ahora el ayuntamiento. Ayer el alcalde, Luis Salaya, advirtió que teme que haya que tirar la escalera mecánica porque no es segura. Segúna afirmó es más estrecha de lo que exige la ley porque mide 60 centímetros de ancho y lo mínimo legal es un metro. Esta ha sido una de las razones que han llevado al consistorio a decidir que la escalera solo pueda utilizarse para subir y suprimir por tanto el trayecto hacia abajo. «No cumple con el ancho legal para garantizar la seguridad y eso puede dificultar mucho las cosas», insiste el regidor cacereño.

SOLO EN UNA DIRECCIÓN / Tal y como informó ayer este diario, la escalera ha estado funcionando en las dos direcciones desde que se estrenó el pasado 17 de septiembre. Cuenta con un sensor que detecta al usuario cuando se sube a ellas y, en función del lugar en el que se encuentre, se ponen en funcionamiento para subir o para bajar. De hecho la empresa que la fabrica (Thyssen) había recomendado a los técnicos municipales que se utilizara de esta manera. Ante las dudas, el ayuntamiento decidió probar durante unos días este mecanismo bidireccional.

Finalmente se ha decidido hacerla solo de subida. Se han desactivado los sensores y desde el lunes se han colocado en el suelo de la misma unos carteles para informar de que por ella está prohibido bajar hacia Moret. Para descender hay que utilizar las escaleras convencionales. Además de la estrechez de la escalera, también generaba problemas de seguridad su funcionamiento. Y es que los sensores no eran inmediatos sino que para cambiar la dirección era necesario esperar a que la escalera se detuviera una vez que terminara el trayecto que estaba realizando.

Esto suponía un problema de seguridad cuando la escalera se ponía en marcha en sentido subida porque, hasta que se activaba en la otra dirección, los que estaban en Parras tenían que esperar un tiempo hasta que conseguían bajar. En ese periodo podía llegar a acumularse en Parras un gran número de personas que, debido a la estrechez de la acera, se veían obligadas a invadir la calzada. Había peligro de atropellos y retenciones de tráfico. «Es bastante caótico que funcione en las dos direcciones, como todo lo que tiene que ver con Alzapiernas. Es el resultado de una gestión desastrosa con la que estamos teniendo que lidiar como buenamente podemos», insistió el alcalde.

Salaya recordó, no obstante, que buscarán todas las alternativas posibles antes de levantar de nuevo la calle. «Nosotros vamos a intentar indagar cualquier opción antes que levantar la escalera porque no queremos volver a poner esa calle en obras, pero si la ley nos obliga a levantarla la levantaremos», sentenció.