TDtesde que Cáceres tiene guarnición permanente a principios del siglo XX, han sido muchos los actos castrenses fuera del Infanta Isabel y últimamente del campamento Santa Ana, pero quiero recoger en este artículo los que tuvieron como protagonista a la Bandera.

Según las crónicas, la que podemos considerar como primera jura de bandera de la ciudad tuvo lugar el 27 de octubre de 1919. Cuenta Miguel Muñoz de San Pedro en su libro 'La ciudad de Cáceres', el júbilo del pueblo cacereño con la bendición y entrega de la Bandera al Regimiento Segovia 75 por su madrina, la infanta Isabel.

Se inició ese día con el toque de diana, interpretada por varias bandas militares. El acto empezó con una misa de campaña, después el alcalde, Germán Rubio, entregó la enseña de la patria a su alteza, quien la entregó al coronel Núñez Antón, jefe del Regimiento Segovia. Después fue jurada por la tropa y desfilaron el regimiento y el escuadrón de Villarobledo, venido de Badajoz.

Se levantaron tribunas en Cánovas, que ocuparon la infanta, acompañada de autoridades, y los generales Salcedo, capitán general de la región, y Burguete. Los actos religiosos los oficiaron los obispos de Coria y Plasencia.

XOTRAx jura fue la realizada en la Cruz de los Caídos el 16 de octubre de 1938 por los Alféreces Provisionales de la 13 Promoción de la Academia de Granada y los alumnos de la 14. El gran alcalde Maderal invitó a la ciudad a vestir de gala, como prueba de regocijo de un pueblo que siempre apoyó a las Fuerzas Armadas.

El acto comenzó a las diez y media y una verdadera masa humana se apiñó en la Cruz de los Caídos, donde se levantó un altar portátil; en sus inmediaciones formaban fuerzas del regimiento Argel 27, la Guerrilla Montada y una representación de la 19 División venida del frente y mandadas por el capitán Emilio Monje. En la presidencia, el general Orgaz y autoridades.

La misa fue oficiada por Teodoro Rebollo y al terminar tuvo lugar la jura de bandera, tomando el juramento el director de la Academia, coronel Emilio Izquierdo. Después hablaron el director de la Academia, el canónigo, señor Benavente, y el general Orgaz, que calificó el acto como "una fiesta militar ante el altar de la patria". Finalmente, ante las autoridades situadas en la tribuna en la confluencia de las avenidas de España y de la Virgen de la Montaña, se realizó el desfile.

Parece ser que antes de la finalización del cuartel Infanta Isabel, en 1926, hubo otra jura en la plaza, a finales de 1920, según recogen las crónicas cacereñas.

Más recientemente, el 24 de noviembre de 2004, se celebró otra jura en la plaza, en conmemoración de los 40 años de la creación del Cir número 3. En esta ocasión el coronel jefe, Antonio José Domínguez Valor, en su discurso, refrendó el cariño de los cacereños al centro militar y animó a los soldados a no olvidar su paso por la ciudad.

XESTEx sábado, el Centro de Formación de Tropa quiere aportar su granito de arena al XXV aniversario de la declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad, realizando su acto más importante en la plaza, como es el juramento a la Bandera.

No quiero finalizar estas letras sin el agradecimiento a todo el personal civil que ha solicitado jurar bandera, estoy seguro que no lo olvidarán mientras vivan.

Gracias a todos los organismos, instituciones, hosteleros así como Policía Local, diputación y otros, también al ayuntamiento y a su alcaldesa por la disposición y apoyo que brindó a realizar este acontecimiento importante en la ciudad. Quiero recordar que el ayuntamiento en pleno por unanimidad aprobó la concesión de la medalla de la ciudad al entonces CIR, el 29 de noviembre de 1994, con motivo del 30 aniversario de permanencia en Cáceres. El alcalde, Carlos Sánchez Polo, destacó "la lealtad y fidelidad como virtudes militares y ejemplos para la vida política".

El compromiso de todos son las cosas que hacen grande a una ciudad, pues no solo hay que pensar en la importancia económica que aporta el centro, sino también en el vínculo sentimental entre la ciudad y el Cefot, influido por el carácter extremeño, abierto y acogedor. Disfrutemos del día.