Los daños que en la madrugada del 3 de julio del 2005 causó en el mobiliario urbano de la plaza de Finlandia y sus posteriores insultos, resistencia y desobediencia a la policía local le ha supuesto al joven cacereño R. M. P. un juicio y una condena de 6 meses de prisión por un delito de resistencia grave a agentes de la autoridad. No obstante, "al carecer de antecedentes penales y constar un informe favorable del fiscal", se le ha concedido la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad por 2 años, "advirtiéndole de que si durante dicho plazo comete cualquier delito deberá cumplirla".