Eran las nueve de la mañana cuando el acusado abordó a una mujer cuando se encontraba cerrando la puerta del portal, en la calle Gil Cordero. Tras abrazarla con su mano izquierda, señala el Ministerio Público en su escrito de acusación, procedió con ánimo libidinoso y contra la voluntad de la víctima a tocarle los pechos. Después le acarició la cara mientras la pedía un cigarrillo. Los hechos ocurrieron hace justo ahorra un año. El acusado, según indica el fiscal, padece un trastorno antisocial de la personalidad, trastorno bipolar y trastorno por abuso de alcohol. Según los informes forenses, en el momento en el que cometió el delito padecía un episodio maníaco agudo que, unido al escaso seguimiento terapéutico y al consumo de alcohol, «produjo un afloramiento de su conducta instintiva que escapa del control de su capacidad volitiva». El acusado, añade el escrito del fiscal, ya había sido condenado anteriormente por un delito de exhibicionismo. Tiene «nula conciencia de su enfermedad y nulo apoyo social y familiar, siendo por ello alta la probabilidad de reiteración de sus alteraciones conductuales». Por todo ello el fiscal solicita que se absuelva al acusado del delito de abuso sexual y que se le apliquen medidas de internamiento, con el objetivo de que siga el tratamiento médico adecuado al tipo de alteración psíquica que padece, durante tres años. Así como que se le imponga la medida de libertad vigilada durante cinco años. Pide también que indemnice a la víctima con 500 euros.