--Todo apunta a que esta noche habrá un lleno en el teatro cacereño, ¿qué le parece?

--Me encanta, además supongo que a los productores y programadores de Cáceres también. Tenemos la suerte de que va a ser un estreno mundial y que ningún otro país ha montado El nonbre de la rosa antes que nosotros. De hecho, el señor Umberto Eco, desde que se hizo la película, no sé si fue porque no le gustó pero no estaba accesible para nadie ni le daba los derechos a cualquiera.

--¿Está satisfecho con su trabajo en esta obra teatral?

--Pues la verdad es que en este momento de apartheid que estamos viviendo los artistas, y en esta situación tan caótica en la que vivimos es para darse con un canto en los piños por tener la posibilidad de seguir trabajando, ya que hay mogollón de compañeros que están sin trabajo.

--¿Por qué es especial ver esta adaptación en un escenario?

--Creo que tiene un cierto atractivo para el espectador el ver por primera vez en el teatro una película que se hizo hace muchos años. Hemos hecho la adaptación con mucha ilusión y creo que es un espectáculo muy bonito. De hecho, en el primer pase que hicimos en Navarra a la gente se le pasó el tiempo muy rápido a pesar de que la función dura cerca de dos horas.

-¿Qué opinión le merece el festival de teatro clásico?

--Nunca he participado en el festival y no lo conozco, pero estoy encantado de ir a Cáceres para divertirme y que lo pasemos bien. Además no quiero olvidarme de mis camaradas extremeños, Pedro Penco, David Gutiérrez y Javier Leoni, de los que he aprendido y con los que tengo mucha amistad.