Lo de ellos es una partitura musical a base de números gestuales que han hecho historia. Ahora Tricicle dice adiós de manera definitiva con ‘HITS’, un espectáculo que la compañía presenta el 1 y 2 de noviembre en el Gran Teatro. Carles Sans, uno de sus componentes, resume lo mejor de estos 40 años de humor inteligente.

-¿Cómo definen ‘HITS’?

-Es lo mejor de lo mejor de lo mejor de toda la carrera de Tricicle. Es un espectáculo insuperable.

-¿Después de 40 años, por qué recuperan los viejos sketches?

-El 1 de noviembre cumplimos 40 años de trayectoria y es el momento de ir retirándose poco a poco. Entonces, qué mejor que hacerlo con un show que condense lo mejor de nuestro recorrido.

-¿Cómo han llevado a cabo la selección para esta función?

-Si hubiéramos tenido que ser justos este trabajo hubiera durado tres horas o más. Nuestros físicos ya no sé si aguantarían, de modo que están los mejores momentos.

-¿En un montaje tan trepidante hay espacio para la improvisación?

-Lo nuestro es como una partitura musical, cada uno de los gestos están marcados, se ejecutan en el momento que realmente toca. Es la única manera de que un proyecto gestual, sin palabras, sea comprensible y bueno. La improvisación la dejamos para cuando el público y nosotros estamos muy eufóricos.

-¿Cuál es la fórmula secreta para que Tricicle haya permanecido tanto tiempo sobre los escenarios?

-El principal ingrediente: que es difícilmente imitable, con un humor para todos los públicos; muy familiar, se ríe igualmente un chaval de 10 años que un señor de 80, siempre a través de un humor inteligente, distinto. Lo más importante es que el público sale del teatro con una sonrisa de oreja a oreja porque se lo ha pasado bien todo el tiempo.

-¿Qué referentes humorísticos les han influido?

-Los magníficos Harold Lloyd, Chaplin o Monty Python.

-¿El gesto y el mimo han contribuido a su proyección internacional, a que sean diferentes y a crear un sello propio?

-Sin duda. Hemos marcado un estilo propio que nos ha singuralizado.

-Han llegado a afirmar que han formado poca escuela. ¿Tricicle morirá con Tricicle?

-Precisamente por esa singularidad de la que hablo, tal vez pueda ser. En su momento estaba Borrás, ya desaparecido, pero sí es verdad que no han abundado. La sombra de Tricicle quizá sea demasiado larga y algunos no se atreven por miedo a que les comparen.

-¿Del show que llega a Extremadura, qué pieza recomendarían?

-Todos son sketches súper divertidos y no hay ninguno que pueda destacar por encima de otro.

-Esta pregunta es más que obligada por su actualidad, ¿qué opinan de la sentencia del procés y de sus consecuencias?

-Tenemos por costumbre desde siempre no mencionar nada referente a la política y deben perdonarme los lectores pero queremos seguir en esta línea.

-De acuerdo, pues pongamos un toque de humor para formular esta otra cuestión: ¿Acuden a Cáceres y a Badajoz, pero eso de que este sea el adiós definitivo es cierto o lo dicen para que vaya la gente a verles?

-No, no (ríe a carcajadas). No se trata de una mentira, se trata de una verdad. Son 40 años, llevamos mucho tiempo de hoteles, viajando, lejos de la familia, nosotros pasábamos diez meses yendo de un aeropuerto a otro. El cansancio hace mella y este es el motivo. Ahora se puede decir que Tricicle acaba.

-Desgastan mucho esos viajes, pero tienen esa parte positiva de sentir el cariño de la gente.

-Hay una parte de esta profesión que es magnífica porque afortunadamente siempre hemos tenido un público muy fiel, que nos ha llenado los teatros. Y ese cariño del público lo echaremos de menos.

-Hablen de Extremadura.

-Muy bonita y sorprendente. Cuando entre las actuaciones de Badajoz y Cáceres ha habido un espacio de tiempo de dos o tres días, en lugar de regresar a casa nos hemos quedado.

-¿Les gusta el jamón, los vinos?

-Sí, sí (sonríe). Tenemos la suerte de vivir en un país que es una maravilla. Y Extremadura, lo mismo.

-Son de buen comer.

-¿Nosotros? (carcajea). Por un lado, afortunadamente sí, y por otro, desgraciadamente también porque hay que cuidar la línea.