La pareja ya no necesita 3 o 4 hijos para satisfacer sus expectativas familiares. Basta con dos, uno, incluso temporalmente ninguno en los tiempos que corren. Tras este cambio se hallan varias razones sociales y económicas analizadas por el sacerdote y sociólogo Jesús Moreno, que ve como los jóvenes de su entorno posponen la vida en pareja y la maternidad.

"Primero, la gente necesita un trabajo. Segundo, resulta difícil compatibilizar el trabajo con la crianza de los hijos, sobre todo a las mujeres, que siguen asumiendo la mayor parte de la responsabilidad porque aún no hay equilibrio", subraya. A ello se unen otras causas: la caída de los ingresos, los problemas de acceso a la vivienda... "Hay familias que han tenido que volver a casa de los abuelos o están en una casa de forma provisional", señala. Los que aún no se han casado también se lo piensan. "Hemos creado unas obligaciones económicas para la boda y unas costumbres inasumibles", lamenta.