Historiador, director del archivo histórico municipal desde el 2004 y cronista oficial de la ciudad, Fernando Jiménez Berrocal se centró ayer en repasar la historia de Cáceres en los 100 años que transcurrieron entre la llegada del ferrocarril en 1881 y la declaración de la Unesco en 1986. En opinión de este experto, el título sirvió para cerrar un etapa en la que la ciudad "alcanzó el cenit de la importancia arquitectónica" y abrir otra en la que su casco histórico pasó a ser reconocido "como un activo económico que sirvió para atraer al turismo y mejorar edificios y calles".

Utilizando fotografías con las que mostró los cambios registrados durante ese periodo, cree que Cáceres ha pasado a formar parte de "la lista de ciudades importantes por su riqueza patrimonial" y afirmó que sus ciudadanos han sido conscientes de ello.